Revista Cocina

Pudding de plátano para criados de 1920 y parados de 2012

Por Biscayenne
Dicen que la crisis está bajando nuestro nivel de vida y nuestro poder adquisitivo hasta niveles del s. XX. Yo, que nací en las postrimerías del siglo pasado, no sé sacar las cuentas pero barrunto que la cosa está muy mal. La economía en B y los tápers de madres y suegras están aquí para quedarse durante largo tiempo.
Hacen falta más cocidos, más recetas de trinchera y menos puturrú de fuá con ínfulas de primeros de mes. 
De cocina de subsistencia saben mucho las abuelas, que con un pollo te hacen un asado, un guiso y después un caldo. Volvamos pues a las recetas viejunas para pasar los apuros del tercer milenio. 
Pudding de plátano para criados de 1920 y parados de 2012
Aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor es mentira cochina: díganselo si no a abuelas, bisabuelas y aquellas Mrs. Patmore del pasado que trabajaban de sol a sol para cumplir con sus deberes y poner un plato encima de la mesa cada día.
Como nos toca receta para ver el capítulo de Downton Abbey de esta semana, sepamos un poco más sobre la dura y nada novelesca vida de las criadas de aquella época. A principios del s. XX, un tercio de las mujeres estaban empleadas en el servicio doméstico, y cobraban cuatro perras gordas a cambio de comida, techo y jornadas de trabajo interminables. 
El número de criados que vemos en Downton, "Arriba y abajo" u otras series o películas de época, es normalmente menor del real. Sólo en la cocina solía estar la cocinera, dos o tres asistentes (para picar verduras, hacer pasteles, limpiar pescado ...), y varias criadas que lavaban la vajilla, cubertería y cacharros. Al contrario que ahora, el fregadero se encontraba en otra habitación aparte, y había que acarrear todo de un lado a otro constantemente. La vajilla de los señores no se mezclaba con la utilizada por la servidumbre, y los cubiertos de plata o utensilios de cobre había que limpiarlos de modo diferente y pulirlos todos los días.
Una criada como Daisy se levantaría a las 4:30 para encender las chimeneas y la cocina, y se acostaría a  las 23:00 o más tarde, después de lavar, secar y recoger los restos de la cena. Sólo tenían medio día libre a la semana y ellas mismas se tenían que hacer o comprar sus uniformes, que podían llegar a costar hasta el 20% de su salario anual, unos 1500 euros de hoy en día. 
El panel con campanitas de aviso que vemos ahora como un símbolo casi de esclavitud, en realidad fue una liberación para los criados, que antes de que empezara a usarse debían estar de pie y atentos a cualquier necesidad de sus empleadores para poder llevar el recado a quien fuese requerido. 
Pudding de plátano para criados de 1920 y parados de 2012
Por su parte, la cocinera elaboraba entre 6 y 8 comidas al día: desayuno del servicio, desayuno de los señores, comida del servicio, almuerzo ligeros para los señores, té para los criados (high tea, o lo que era lo mismo, una merienda-cena), té para los señores (low tea, la merienda de las 5, florida y aristocrática) y cena. Sin olvidar que la cena de una casa elegante podía constar de unos diez platos, más cuando había visitas o si era una ocasión especial.
Y si esto parece mucho, mucho peor era ser criada en una casa pequeña o de clase media, donde casi todo el trabajo doméstico recaería sobre una sola persona. 
Aunque las compras y el recuento de la despensa eran una labor del ama de llaves o la señora de la casa, la cocinera era quien planificaba los menús y organizaba las comidas para aprovechar los ingredientes al máximo, sobre todo en la mesa de la servidumbre.
Los criados comían bien pero de forma sencilla, platos que no requirieran el esfuerzo que la cocina debía dedicar a las comidas del piso de arriba. De modo que repetían mucho guiso, mucha sopa,  estofados y postres rápidos y baratos, como el pudding de plátano que recomienda Mrs. Beeton en su libro
A nosotros, siervos, señores y parados de 2012, nos sirve también para ajustar el presupuesto y darnos un gustazo sin grandes lujos.
Pudding de plátano Dificultad, así de primeras:separar la yema de la clara, ohmáigoz! Sabor: a placer indulgente Receta de inspiración: Banana pudding, del libro Mrs. Beeton´s Cookery Book, 1923, Isabella Beeton. Precio: 1,02 € (con ingredientes de marca blanca)                   INGREDIENTES (para 6 personas)


30 g de mantequilla a temperatura ambiente
112 g de harina 112 g de azúcar 140 ml de leche 2 plátanos maduros, en láminas finas 2 huevos sal

Pudding de plátano para criados de 1920 y parados de 2012
¡1,02 euros! Y encima podéis aprovechar esos plátanos un poco pasadillos que tenéis en el frutero... SI no os gusta el plátano, probad a echar pera o manzana cortadas muy finas. Y si andáis boyantes, podéis usar nata en vez de leche.
PREPARACIÓN:  Horno precalentado a 170 grados más o menos, arriba y abajo.
Batid la mantequilla junto con el azúcar, hasta que tengáis una crema de color claro. Separad con cuidado las yemas de las claras y añadid las primeras a la mantequilla, batiendo bien.
Después, se agrega la mitad de la harina, se mezcla, la mitad de la leche, se bate de nuevo, y así alternativamente hasta acabar con la leche y la harina y obtener una crema sin grumos.
Pudding de plátano para criados de 1920 y parados de 2012
Añadimos entonces el plátano en rodajas finas y mezclamos con cuidado para no romperlas.
Aparte, se montan las claras a punto de nieve firme con una pizquita de sal, y se introducen en la masa previa con movimientos envolventes de la cuchara, sin batir para no perder su esponjosidad.
Podemos hacer el pudding en un molde único o en ramequines individuales, como prefiráis. En cualquier caso, hay que engrasarlos antes de verter la masa dentro de ellos, hasta una altura de unos dos tercios.
Pudding de plátano para criados de 1920 y parados de 2012
Encima se pueden poner unos trocitos más de plátano y un poco de azúcar moreno o blanco.
Al horno con ellos durante unos 30 minutos, hasta que la masa suba y la parte superior se dore ligeramente.
Pudding de plátano para criados de 1920 y parados de 2012
Chimpún. 
Es hora de elegir si comerlo dentro del molde mientras veis la tele, sacarlo de él y ponerlo en un plato, acompañarlo de un poco de yogur azucarado, sirope de chocolate que tengáis en la nevera o lo que más rabia os dé.
Pudding de plátano para criados de 1920 y parados de 2012
Que no nos falten los tápers, los malabares en la lista de la compra ni los consejos de aprovechamiento de abuelas y otros sabios. 

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Por  Eva Pérez Sánchez
publicado el 20 enero a las 12:50

muy agudo todo el relato mi madre y yo nos hemos reido y a la vez ella a recordado sus viejos tiempos...viva el ingenio que se agudiza en tiempos difíciles. Y ahora mismo vamos a aprovechar los plátanos maduros que tenemos en el frutero.

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