El Blackfriars Bridge, se encuentra situado sobre el río Támesis, en
la ciudad de Londres, y fue inaugurado el mes pasado de enero. Es el puente solar más largo del mundo.
Cuenta con 4.400 paneles fotovoltaicos HIT de Panasonic.
Etos 4.400 paneles producen energía suficiente para
calentar cerca de 80.000 tazas de té al día, un cálculo peculiar pero que da
idea de lo que hay detrás de esta obra. En concreto, las placas solares, que
ocupan una superficie de 6.000 m2, aportan la mitad de la energía que la
estación londinense necesita. Además permitirán reducir la emisión de CO2 en
511 toneladas por año, lo que equivale a 89.000 viajes en coche en una ciudad
donde el 22 por ciento de las emisiones de carbono proceden del transporte.
Este puente victoriano, que fue construido en 1885, ha sido la base sobre la
que se ha construido la nueva estación de Blackfriars, renovada por el operador
de la infraestructura ferroviaria de Gran Bretaña Network Rail Limited para
atender a más pasajeros y ofrecer un mejor servicio de tren. Además, el techo
solar convertirá a la estación en un nuevo icono de la ciudad, visible desde
varios kilómetros a lo largo del río Támesis.
La instalación, que empezó a construirse en octubre de
2011, ha tenido un coste de cerca de 9 millones de euros. En el proyecto
también han estado involucradas la compañía Solar Century, encargada de la
instalación de los paneles solares, y First Capital Conect (FCC), compañía
británica operadora de trenes.
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