Revista Comunicación

Pues sí, Valeria es malilla

Publicado el 09 mayo 2020 por Dro @Drolope
Pues sí, Valeria es malilla
Detrás de una serie siempre hay mucho trabajo detrás. Y no hay duda de que el equipo de Valeria, la nueva serie española de Netflix, ha escrito la serie con la mejor de sus intenciones, pero lo cierto es que el cementerio también está lleno de gente que tuvo buenas intenciones. 
El visionado del primer episodio de Valeria recuerda al mundo de Sex and the city, pero descafeinado y, en muchos sentidos, anacrónico. Ya lo dijo nuestra compañera Victoria: Sexo en Nueva York fue rompedora en su día, pues derribó tabúes al mostrar a cuatro amigas hablando libremente del sexo, poniendo el foco en la amistad entre ellas, más que en los hombres. Pero repetir el esquema hoy en día de una serie de hace veinte años quizá no sea la mejor idea.
Se nota que en los diálogos hay una aspiración, un intento de ser "juveniles" y conectar con la audiencia. Se usan palabras como "random" y se habla de lo insufribles que son los audios de más de cinco minutos. Todo muy bien. Pero si me vas a hacer una Sexo en Madrid, queriendo que todo en estas cuatro amigas gire en torno al sexo, al menos escribe unos diálogos un poco más chispeantes, más ingeniosos, y parte de personajes que no sean arquetipos tan manidos e insípidos. 
Pues sí, Valeria es malilla
Skam España, salvando las distancias, es parecida a Valeria... pero bien hecha. Habla de los problemas de una generación, y lo hace en su propio lenguaje -no en vano, la coloqué muy alta en mi ránking de mejores series españolas-. Valeria parece que quiera ser también una Girls, una "voz" de una generación femenina, urbana y moderna, pero se siente impostada. Es difícil conectar con la protagonista, una mujer-niñata que no encuentra la inspiración para escribir y le hace ascos a ofertas de trabajo. Si hubiera querido ser realista, Valeria habría tardado semanas en encontrar trabajo, y lo hubiera agradecido como agua que cae del cielo en el desierto. 
No diría que Valeria sea del todo mala. Simplemente deja a uno indiferente, lo cual es casi peor. Queda patente en cada plano, en cada diálogo, el nulo esfuerzo por querer innovar o contar algo lo más mínimamente rompedor, jugoso, diferente. Van a lo seguro. Pero una serie no es moderna simplemente por mencionar los audios de WhatsApp. No puedo opinar como hombre, desde luego, pero han sido muchas las mujeres que han dicho no verse representadas en este "muestreo" de la población española que son las amigas de Valeria - una visión femenina simple, reduccionista y pasada de rosca, que no habla de sus "problemas de verdad".
Maxi Iglesias guapo en 'Valeria'
Pero, ey, solo he soltado veneno por este agujero que tengo en la cara y aún no he mencionado el gran punto a favor de Valeria: tenéis a Maxi Iglesias y está guapísimo. Lo cual, por otra parte, no hace más que reforzar esa sensación de anacronía y hacernos sentir de vuelta en Física o Química... de vuelta a los "crush" "random" del pasado. Je, je, he hablado moderno.
PD: Si tenéis Netflix y buscáis otras series para ver, os recomiendo las críticas que hicimos en el blog de Never Have I Ever, Hollywood y Unorthodox; otros estrenos recientes de la plataforma que a mí, personalmente, me han gustado bastante más.

Isidro López (@Drolope)

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