El pasado viernes me dieron la nota de mi Trabajo Final de Grado, la última nota que me quedaba por conocer de la carrera. Todo aprobado, carrera terminada. Parece mentira lo rápido que ha acabado. Hace nada era un chico idiota que seleccionaba las carreras que prefería tras haber acabado selectividad. Ahora sigo siendo el mismo idiota, sólo que con algo más de base y tablas y que ha aprendido a disimularlo mejor, aunque en el fondo se termina notando.
Durante estos cuatro años he vivido experiencias que espero no olvidar nunca y espero que me hayan llevado y me lleven a ser mejor persona algún día. He aprendido que probablemente estoy en una profesión sin mucho futuro y de la que es muy difícil que algún día vaya a poder vivir. He comprobado que el buen periodismo, el que te lleva a querer dedicarte a esto, tiene poca o ninguna cabida en la mayoría de los medios, por no decir en casi ninguno. Pero también he llegado a amar ese periodismo hasta la médula, a apreciar cada oasis que supone un reportaje o un artículo con un gran trabajo de investigación detrás o con una escritura brillante, en medio del gran desierto de los medios. Tanto como para que me sobren ganas de seguir luchando por llegar a poder dedicarme a la comunicación. ¿Qué probablemente haya y esté cometiendo un gran y terrible error? Pues casi seguro que sí, pero es un error que debo cometer, y de volver a ser el chico que elegía carrera tras selectividad repetiría sin dudarlo. Ya os he dicho que sigo siendo el mismo idiota.
He dicho que ya soy graduado en periodismo, no que soy periodista. Me da bastante coraje el denominarme periodista. ¿En qué momento se puede considerar que uno es periodista? ¿En el que tienes aprobadas todas las asignaturas de una carrera sobre una profesión que, para mí, es bastante más práctica que teórica (aunque la base teórica es importantísima y sin ella no es posible el periodismo de calidad? ¿En el que pasas a comunicar de forma regular a una determinada audiencia en un medio? ¿En el momento en el que te especializas en un tema o en un medio muy concreto? En mi opinión, la respuesta a todas es un sí a medias.
Sin la base de las teorías sobre comunicación, el tratamiento de la información, cómo comunicar en los distintos medios, conocimientos de cultura general e historia del periodismo, periodistas y medios es muy difícil hacer buen periodismo, por no decir imposible (además, la mayoría de profesores de la carrera también han sido y son periodistas, por lo que transmiten parte de su experiencia profesional aunque, como en todos lados, hay otros que solamente leen sus Power Points en clase).
Nada de esto sirve para comprender la profesión al completo hasta que no se vive la presión de publicar algo en el momento en que hay que hacerlo, el día a día de sacar adelante un medio y, ahora con la interactividad de los nuevos medios ver la respuesta y la valoración de los lectores/espectadores/de todas las personas (a veces incluso de expertos en la materia que se trata). Pero para ser verdaderamente eficaz y valioso para el medio en el que trabajas se necesitan muchos años de experiencia, aunque siempre pongas tu máximo empeño.
Especializarse en un área concreta sirve para diferenciarse de los compañeros de carrera (poniendo mi ejemplo, pocos somos los frikis que hablamos largo y tendido sobre videojuegos) y, por tanto, tener un perfil más definido y útil. Pero rara vez los hechos que se producen en el mundo son algo aislado, puesto que la realidad no lo es y todo está conectado. Es fundamental conocer cuantas más de esas relaciones sea posible para ofrecer una información más completa.
Y ya no sé ni por dónde quería que fuera está entrada. En definitiva, que creo que me queda mucho camino por recorrer para poder llamarme periodista, por lo que me quedo con denominarme como "graduado en periodismo" simplemente. Pero, de momento, sí que tengo claro en lo que consiste el periodismo para mí: Comunicar algo que es interesante, que interesa y conoce el que tiene que informar sobre ello, que interesa a la audiencia o que, aunque no le interese a los espectadores, éstos deben conocer a ser algo de importancia para ellos o sus vidas. Esto debe hacerse de forma comprensible para todos (aunque sin tratar a nadie de tonto) y de la forma más amena posible, porque nuestras obras deben dirigirse y ser accesibles para todo el mundo. Y siempre de forma honesta, que no objetiva, porque los periodistas no somos robots.
No quiero terminar esta entrada sin dar las gracias a todas las personas que han hecho posible que haya podido sacarme esta carrera: a mi familia, que la ha pagado, me ha proporcionado todos los medios a su alcance para hacérmela lo más fácil posible y siempre ha estado ahí para apoyarme; a mis amigos del colegio y el instituto, que me recuerdan de dónde vengo, porqué empecé esta carrera y siguen estando ahí cuando necesito desconectar; a mis compañeros de carrera, que han compartido y comprenden mejor que nadie las alegrías, los nervios, los agobios y la incertidumbre de estos años y del futuro (pero si nos ha ido bien hasta ahora, porqué va a tener que cambiar); a mis compañeros de trabajo y proyectos, de los que siempre he aprendido (y aprendo) mucho y con los que lo he pasado (y paso) muy bien.
También gracias a vosotros, a los que me habéis leído en este blog o en cualquiera de los otros blogs y webs por los que he pasado en estos años, a los que me habéis escuchado cuando hablaba por la radio, me habéis visto en el teatro, en los vídeos de boomeranglive o dónde sea. Gracias de verdad porque, como dice un profesor de la carrera, "los periodistas somos como las folclóricas: nos debemos a nuestro público". Sin vosotros, mi trabajo carece de sentido.