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Puntas o clavos para madera

Publicado el 14 marzo 2013 por Remediando @remediando
Lo que habitualmente llamamos clavos son puntas, lo que ocurre es que antes los clavos eran de forja, por lo que podemos hacer la diferenciación entre los dos.
Según la utilidad que queremos dar, hay una gran variedad de puntas que se definen mejor por su longitud que por su diámetro. Podemos comprar al peso o por número de piezas, además de comprar las puntas en bolsas o paquetes. Hay diversos tipos:
Puntas o clavos para madera
Puntas de cabeza plana, también llamada Punta de París: nos da fijaciones fuertes, pero tiende a rajar la madera y las cabezas de las puntas se disimulan con dificultad. Tienen entre 20 y 150 milímetros de longitud.
Cabeza reducida: se utilizan en lugar de las puntas de cabeza ovalada porque su cabeza es más fácil de embutir. Su longitud va de los 12 a los 150 milímetros.
Cabeza cónica: se utilizan para fijar tableros manufacturados. Sus longitudes van de los 12 a los 150 milímetros.
Puntas de cabeza cortada: su sujeción es firme y además no suelen rajar la madera. Se utilizan para fijar tablas de entarimado.
Clavos estriados: las estrías de sus espigas hacen que sean más difíciles de arrancar una vez clavados. De gran utilidad en la fijación de tableros.
Las puntas para molduras y chapas son casi invisibles: muy delgadas y de cabeza cónica. Se emplean en aquellas fijaciones que no queremos que se vean.
Otro tipo son las puntas para tableros de fibras duras. Estas puntas tienen de 10 a 38 milímetros.
Puntas de espiga: se introducen en una de las piezas y se clava luego en la otra sobre su parte saliente.
Grapas ondulada: se utilizan en encofrados, enlistonados y el montaje de mamparas.
Las horquillas: sirven para fijar muelles de tapicera o construir cercas de alambre.

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