Revista Viajes

Qaqortoq i

Por Orlando Tunnermann

QAQORTOQ I
QAQORTOQ I
QAQORTOQ I

Por el momento vamos a dejar a un lado el consuetudinario (habitual) escenario de fantasmagórica catadura de las localidades con casitas de colores que vamos "colonizando" con nuestra presencia casi invasora. Hoy nos adentramos en una "urbe" donde la existencia de otros seres humanos ya no se me hace tan anómala. Qaqortoq,capital del sur de Groenlandia del sur, es una preciosa localidad fundada en 1775. Por supuesto, también predomina el colorido, como si estuviera de oferta. En La Oficina de turismo, (donde uno puede agenciarse algunos souvenirs, ir al aseo, que aquí en Groenlandia tampoco es que sea tan fácil, puedes encargar excursiones para vercetáceos, focas, visitar pueblos aledaños) , me han atendido muy bien. He llegado hasta una iglesia muy bonita y antigua del año 1832 que fue utilizada como biblioteca pública de Groenlandia hasta 1940.QAQORTOQ IQAQORTOQ IObviamente está cerrada, como también lo está el precioso y sin duda fascinante Artic Café. QAQORTOQ I
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QAQORTOQ ISu llamativo color rojo, como de cabaret clandestino, no me sorprende tanto como la decoración americana con un vehículo Golf empotrado en la fachada. Si has llegado hasta aquí, un pequeño esfuerzo más te llevará hasta una colina que se asoma al mar entre un dédalo (laberinto) de casitas de colores.QAQORTOQ I

Caminando por el puerto tengo la sensación de que Qaqortoq es algo así como la Florencia groenlandesa, por aquello del turismo, porque aquí sí hay vida de todos los colores y naciones. He entrado a curiosear en la pequeña tienda azul de nombre Tamat, que vende un poco de todo a precios de aúpa. Ya en el centro está la única fuente de Groenlandia, aunque me resulta bastante anodina, pequeña, adolece de sencillez y falta de ambición. QAQORTOQ I


No es una de esas fuentes que inspiran odas ni prosopopeyas. Ya que estamos por aquí, es buen lugar este para tomar algo. Los que andan como los sabuesos, husmeando el rastro comercial de las tiendas, disfrutarán en la roja y bonita tienda Timimut, detrás de La Oficina de turismo. 

QAQORTOQ I

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Vestuario que proviene de Canadá mayormente, puedes encontrar abrigos, plumas, anoraks de esos que te pueden salvar de la hipotermia cuando llega el invierno más duro de todos los tiempos. Eso sí, los precios no son de los que le dejan a uno indiferente. Ahora soy yo quien anda como un sabueso, siguiéndole el rastro a un interesante taller de artesanía que parece oculto, como si fuera la joya de la Corona. Finalmente aparece en Kirkegardsvej 149, abrigado y comprimido en un enjambre de casas de madera de colores de cuento de hadas. El taller, que está cerrado, es una casa de color azul y a primera vista nada del otro mundo. Rosa y yo, como dos disidentes, hemos cenado en el recomendable café restaurante Lallaati's Corner, extrañísimo nombre, como de trabalenguas. 
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Es un local muy bonito y acogedor donde nos atendieron de fábula, son súper amables, tienen wifi gratis, se come bien, vamos, lo que viene siendo un pequeño tesoro groenlandés frente a la anodina fuente que antes mencionaba sin

mucha zarabanda (lío, ruido de fondo, pompa...). El resto del grupo ha escogido un restaurante tailandés, casi imposible de ubicar en una zona oculta, clandestina, portuaria, tan fea e insulsa como el propio restaurante en cuestión. Otra opción culinaria está en el exclusivo y bonito hotel Qaqortoq sobre una colina que mira al mar.


TUPILAKS
DATOS INFORMATIVOS


 Tupilaks o "alma del espíritu, alma de los antepasados", son figuras grotescas talladas en huesos de animales o piedra. Se utilizaban para menesteres nada benéficos. Mediante unos cánticos rituales se buscaba el perjuicio ajeno. Con frecuencia, lo que se hacía era "enviar" a estas figuras grotescas a buscar a sus enemigos a través del mar para que los localizara y acabase con sus vidas. Sin embargo, si el destinatario del mal deseado poseía poderes mayores que el hechicero perpetrador, lo que podía ocurrir es que éste lo utilizase para revertir el hechizo y devolverlo contra quien lo conjuró.Las figuras tupilaks solían estar inspiradas en la mitología innuit, como por ejemplo "The mother of the sea" (La madre del mar).

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