Desde hace varios años he llevado la tradición que el primer post de enero sea una anti-felicitación de año nuevo. Es un texto en el que deseo que los retos y las dificultades sean muy grandes en tu experiencia; para que así se encienda el fuego interno que te lleva a tomar acción para cambiar tu vida.
Pero este año de decidido poner en pausa esa costumbre. El año 2020 fue difícil para todo el planeta. Los retos fueron tan grandes que superaron por mucho a mi escrito. Entonces esta vez cambio mis deseos.
Todo esto que estamos viviendo como humanidad tiene una resolución y es posible salir adelante. Pero no depende de la ciencia, ni de políticos, ni de dinero, ni de los encierros, ni de las mascarillas, no. Depende de una fuerza mucho más grande, que prevalece en el universo.
Podría desearte salud para que la enfermedad no toque tu puerta, pero sé que estás haciendo lo adecuado para cultivarla.
Podría desear que tengas fortuna, pero esa no se desea, se construye con nuestro esfuerzo.
Sería buena idea decir que tengas amor, pero ese llega cuando te conviertes en amor.
Quizá también podría decirte que el caos mental, la angustia y la tristeza se vayan de tu mente, pero ya sabes que para eso está la ayuda de un profesional. Y también la práctica budista ayuda, claro.
¿Que tengas trabajo? Claro, también te lo podría desear, pero sé que no dejas buscar cómo salir adelante.
De todas las cosas que podría desearte, creo que solo me quedo con una:
Que la compasión ilumine tu conciencia para que ayudes siempre a los demás.
Detrás de todos los esfuerzos, de todas las historias de amor, de todas las amistades y alianzas, detrás de quienes cuidan nuestra salud, detrás de lo que construye una nación; existe una fuerza invisible que todos sentimos. Es necesaria y une a Todo lo que Es. Es esa energía con la que conectamos de inmediato, sin importar de dónde o de cuándo seas.
La compasión es un engrane más en el motor de la vida, pero hace que todo funcione y que se encienda la esperanza en ti. Actuar con compasión hace que salgamos del ego para ayudar siempre a los demás. Estos tiempos extraños son un llamado para que abramos la conciencia y el corazón a la compasión.
Si lo quieres ver de manera cruda y material, la compasión es la mejor de tus inversiones. Si das tiempo, atención, felicidad y cariño; el universo te lo regresa con intereses y tasa preferencial.
Cuando actúas con compasión, las divisiones se comienzan a disolver. La bondad fluye, así como la cooperación y la paciencia.
Si dejas de lado el ego y solo ayudas a los demás, toda tu nación sale adelante. No porque hagas esfuerzos magnánimos o masivos, sino porque hacemos esfuerzos pequeños. Pero todos juntos, al mismo tiempo, día tras día, es cuando cada uno de nosotros es un brazo más de Avalokiteshvara.
La Compasión es el sistema operativo con el que superaremos todo el daño que nos hemos causado con la llegada de Covid Sensei.
Es la manera en la que la humanidad siempre ha conquistado todos los desafíos en la historia, y será lo que nos que nos presenta 2021.
Así que con todo mi corazón te deseo compasión en cada instante de tu vida.
Y yo prometo con todo mi ser promover y enseñar este valor para que todos tengamos inspiración y guía.
Feliz 2021.