Desde que nacemos estamos aprendiendo. En ningún momento de nuestras vidas dejamos de hacerlo. Continuamente recibimos información (de fuera y de dentro) que procesamos, memorizamos y usamos.
Detalle de El Árbol de la Vida – G. Klint
A parte de este proceso automático, podemos tener una actitud de aprendizaje. Consiste en elegir aprender, en buscar conscientemente nuevos aprendizajes.
Esta actitud voluntaria nos permite otros aprendizajes derivados de ella:
- Nuevos puntos de vista
Gracias a esta actitud, tenemos acceso a distintas opiniones, teorías y puntos de vista. Esto nos permite tener mayor información y poder así adaptarnos más eficazmente al mundo en el que vivimos.
Esta adaptación redunda en una mayor probabilidad de sobrevivir ante situaciones peligrosas.
- Satisfacción
Personalmente nos aporta una sensación de satisfacción y plenitud. Nos hace sentirnos válidos y plenos. Rellenamos huecos vacíos en nuestro interior que hacen descubrir otros. Entramos así en un círculo vicioso de aprendizajes continuos y satisfactorios.
- Motivación
Esta satisfacción y necesidad de llenar los huecos interiores, nos emplaza a seguir buscando nuevas opciones de aprender. Se desarrolla entonces una motivación que es un motor para buscar nuevas fuentes de donde aprender.
- Tolerancia y Respeto
Al aprender, tomamos contacto con otras posturas y realidades, vemos la posibilidad de otras opciones. Al ir rectificando y ampliando antiguas ideas que teníamos, entendemos que nuestro pensamiento no es estático y el único probable. Al proyectar esta idea sobre los demás concluimos que el pensamiento es flexible y sin pertenencia de nadie.
Aprendemos a tolerar y respetar.
- Dar Ejemplo
Cuando aprendemos estamos siendo ejemplo a los demás. Con nuestra actitud transmitimos la motivación para aprender.
Un ejemplo es la actitud de aprendizaje de un padre. Si su hijo la ve en su padre o madre, será más probable que la reproduzca a que simplemente le alienten de palabra.
- Autoconocimiento
Lo que aprendemos de fuera de nosotros nos ayuda a entender nuestro mundo interior. A este aprendizaje habría que añadirle el que obtenemos desde nuestro propio interior tanto desde el plano racional, como sensitivo e intuitivo.
Todo este conjunto de aprendizajes redunda en un mayor conocimiento de nosotros mismos y por tanto de satisfacción personal.
- Aportar en comunidad
Todo lo que aprendemos lo transmitimos de muchas maneras, mediante nuestros comportamientos, actitudes, sentimientos… Con todo esto que transmitimos estamos aportando un grano de arena a un conjunto mayor de aprendizajes de otros que en última instancia beneficia a todos.
Un ejemplo de esta aportación colectiva es el conocimiento adquirido por la ciencia, que nos permite ir avanzando en nuevos descubrimientos y crear innovadoras tecnologías.
- Ser libres
Quizás el aprendizaje más importante que podemos obtener de aprender es a “ser libres”. Cuando mayor sea el abanico de nuestros conocimientos, mayor probabilidad habrá de poder acceder a nuevas alternativas y ser conscientes de sus consecuencias.
Esta libertad nos dará acceso a tener mayores conocimientos y aprendizajes y por tanto a desarrollarnos como personas íntegras y felices.
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Carlos Postigo