Durante el siglo pasado, los astrónomos han deducido varias formas para estimar la edad del universo. Utilizando cada uno de estos métodos, se puede apuntar una cifra sobre su edad. La respuesta ahora es mucho más precisa de lo que era hace 20 o 30 años, pero podría no ser nunca la real. La edad del universo depende de él la importancia que debemos al método utilizado para determinarla.
El método más moderno radica en el uso de un número casi mágico llamado la constante de Hubble. Este número describe en a qué velocidad se expande el universo, es decir a qué ritmo se están alejando las galaxias de nuestro planeta, al igual que sus distancias. Los científicos obtienen las distancias observando el brillo de objetos conocidos como estrellas variables de tipos particulares. Entonces determinan la constante de Hubble dividiendo la velocidad de recesión de la galaxia por su distancia. Una vez se decide en un valor para la constante de Hubble, los astrónomos pueden hallar la edad del universo utilizando una sencilla ecuación matemática. La cifra más citada como edad del universo utilizando este método (se cree ampliamente que es la más precisa) es 13.700 millones de años.
Las supernovas especialmente las de tipo Ia suponen referencias fiables para la determinacion de distancias muy grande en el universo y por tanto de tiempos y edades con. La variables cefeidas a escalas más modestas sirven también para determinar las distancias de las galaxias cercanas
Otros enfoques para calcular la edad del universo intentan medir las edades de los objetos más antiguos. Los astrónomos pueden medir la desintegración de los elementos radiactivos, por lo que pueden medir con precisión las edades de las rocas más antiguas de la Tierra, con una edad estimada de 3.800 millones de años, y la de los meteoritos más antiguos de 4.600 millones de años, con lo que se consigue datar el sistema solar bastante bien. Al aplicar esta técnica a las estrellas más viejas obtenemos una edad para el universo de entre 12.000 y 15.000 millones de años, más o menos 3000 a 4000 millones de años. Un estudio que midió la desintegración del uranio en las estrellas antiguas determinó que la edad del universo era de 12.500 millones de años.
Medir las edades de los cúmulos estelares antiguos ofrece otra aproximación. Observando las estrellas más brillantes en un cúmulo de globular, los astrónomos pueden establecer el límite superior para la edad del cúmulo. Recientes estudios de muchos cúmulos globulares sugieren una edad de 12.000 millones de años para muchas de sus estrellas más antiguas.
Los astrónomos pueden medir también las edades de las enanas blancas, los remanentes estelares de las estrellas con masas similares a la del Sol, pero con un tamaño similar al de la Tierra. Encontrar la enana blanca más débil y vieja permite a los astrónomos determinar cuánto tiempo ha estado el cuerpo enfriándose. Este método nos da 10.000 millones de años para la edad del disco de la Vía Láctea. Puesto que los autores de este estudio sugieren que el disco de nuestra galaxia se formó unos 2000 millones de años después del del Big Bang, esto sitúa una edad para el universo de unos 12.000 millones de años.
Estas técnicas se harán cada vez más sofisticadas y el intervalo de incertidumbre continuará reduciéndose, dando una estimación bastante buena de la edad del universo. Sin embargo, la mayoría de los astrónomos citan 13.700 millones de años como la estimación más probable para la edad del universo.