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Que el Papa nos confiese

Por Jocoma

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El papa Francisco: "Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres"


"Cuando los votos llegaron a los dos tercios y los cardenales aplaudieron, él (el cardenal Claudio Hummes) me abrazó y me besó y me dijo: 'no te olvides de los pobres'"
Que el Papa nos confieseNo es mi intención ofender a los que creen; que quede claro que nuestro objetivo final es la comprensión, por lo que es muy posible que tengamos conflicto de intereses. Vaya por delante mi respeto por los creyentes. Es su vida, y seguro que durante ella han tenido alguna oportunidad para ser críticos y plantearse cosas. Si no lo han hecho es su responsabilidad.
Que el Papa nos confiese Es pronto para hacer cualquier análisis sobre el nuevo papado; no nos debemos precipitar, pero lo que estoy viendo en este principio me gusta. Desde el primer momento que sigo con interés el desarrollo de los acontecimientos relacionados con el nuevo Papa. No obstante se me ha ocurrido que aprovechando su nombramiento, podríamos pedirle algo. Yo le pediría al Papa, humildemente, que nos confiese. Apelaría a su humildad para que nos hablara sinceramente de sus errores del pasado, si es que los hubo. No se trata de que le contemos nosotros nuestros errores, nuestros pecados, no; sino de que le confesemos públicamente. Se trata de lo mismo que hace su institución a sus creyentes, pero al revés. ¿Qué mejor prueba de honestidad que comenzar confesando públicamente tus errores importantes del pasado? ¿O es que no has tenido ninguno? No. No pretendemos ser irreverentes; sólo queremos ser Seres Humanos que buscan comprender, y para ello nada mejor que la transparencia. Me puede servir a mí, te puede servir a ti, nos puede ser muy útil a todos. Si. Ya sé que he apuntado muy alto; al cielo, nada más y nada menos; pero a veces, de un poco de atrevimiento a pecho descubierto se puede sacar mucho.
Que el Papa nos confiese Nos dicen que el Papa es jesuita, argentino, latinoamericano… Pero, ¿y si realmente no fuera nada de eso? ¿Y si en el fondo es un ciudadano del mundo, como algunos de nosotros, pero con la sede en el Estado del Vaticano? ¿Y si resulta que no conoce patrias ni fronteras y que su patria real es el Vaticano? ¿A qué ley obedece, a la de dios o a la del Estado del Vaticano? ¿Es realmente lo mismo? Aunque su pasaporte sea argentino, la patria que lleva en el corazón ¿no será quizás la del Vaticano… a la única que obedece realmente?
Que el Papa nos confiese Sería una buena forma de empezar su “reinado”. Está teniendo muchas y aparentemente buenas declaraciones de intención. Ha comenzado a romper moldes; ya no se habla ex cátedra con voz de ultratumba, del más allá, y con el “Nos” por delante. Ya no vemos por ningún sitio la “infalibilidad” del Papa. Tiene por delante muchos retos. Se supone que el Vatileaks es la caja de Pandora que acabará explotando y mostrando todas las luchas de poder internas y los sucios intereses económicos y especuladores. Nada que ver con “la representación de dios en la Tierra”. La Iglesia Católica pretende ser el “gobierno” de las cosas de dios, pero se ha convertido en un vulgar gobierno cualquiera. Por otra parte tenemos la cuestión de la pederastia. ¡Qué enorme barbaridad en un mundo (el Cristiano católico) que pretende dar lecciones morales a las personas y que acaban haciendo todo lo contrario. ¡Cuánta hipocresía! ¡Cuánto daño! ¡Cuantas vidas destruidas!
Que el Papa nos confiese Va a tener que revisar muchas cosas. Tendrá que convocar algún Concilio. La iglesia tiene que incorporar a la mujer con todas sus consecuencias. No es posible ir contra natura. Hasta ahora, con su poder, han ido tapando todos los desmanes producidos y que se han dejado ver a través de la válvula de escape de la olla a presión. La mujer, como hembra de nuestra sexualísima especie, puede crear conflictos, pero son innegables dos cosas: Que es parte de nosotros, los humanos, y que tiene mucho que aportar, muchísimo. El mundo ahora está de otra manera. La iglesia tiene que dejar de ser dirigida sólo por los hombres. Esta sociedad ya no es sólo un mundo de hombres. Hay que dejar hacer y hablar a la mujer, tiene mucho que decir.
Que el Papa nos confiese Casi seguro que estoy equivocado y algún erudito me lo podrá desmentir, pero parece que por primera vez en la historia del papado, uno de ellos se ha atrevido a decir que le gustaría una Iglesia pobre y para los pobres. Sólo le falta decir que no debe ser poderosa al uso, que su poder debe estar basado más en cosas espirituales y menos en cosas mundanas, y que por tanto no debe estar al lado de los poderosos colaborando con sus fechorías (políticos, dictadores, ricos…) y estar más al lado de los menos poderosos denunciando las grandes injusticias a las que están siendo sometidas las personas.
Que el Papa nos confiese ¿Cómo responderán a esto sus creyentes? ¿Cómo podrán cambiar el viejo pensamiento de la ostentosidad, la riqueza y el triunfo, y asimilar el nuevo pensamiento en el que la pobreza y la humildad sean las que reinen? Va a ser difícil. Al Ser Humano siempre le ha atraído el ganador, desde el amanecer de los tiempos que ha admirado al poderoso. En cierta forma ha querido ser como él. La riqueza y la ostentosidad del poder de Roma ha dado credibilidad a esa religión. ¿Cómo va a encajar esto nuestra pragmática civilización occidental? ¿Va a perder credibilidad el Vaticano o vamos a ser suficientemente maduros como para aceptar la adaptación a los nuevos tiempos? Es cuestión precisamente de esto, de tiempo, con el transcurso del mismo nos iremos adaptando y aproximando a esa idea.
Que el Papa nos confiese ¿Si no creo en las religiones (como habrás podido ver, no he estado hablando de Dios), porqué le doy tanta importancia a esta? Bueno, pues por muchas cosas; en primer lugar porque es evidente que la tiene; y en segundo porque he sido educado en ella. He sido crítico y he entendido algo (al menos eso creo) pero soy consciente de que me queda muchísimo por entender, no tengo a mano toda la información. El cambio en la Iglesia Católica es necesario para el desarrollo de la Civilización Occidental y por tanto de la Humanidad.
Sólo me queda por decir que espero que no ocurra como con el Papa Juan Pablo I, que no tenga un infarto a los 33 días. Me gustaría que su papado fuera largo y fructífero, pero no sólo para sus creyentes, sino para toda la Humanidad.

Que el Papa nos confiese

Juan Pablo I

Caña a aquella mala humanidad que subyace en algunos de la religión Católica.
Completa tu información: youtube.com Habemus papam.  (No te lo pierdas).
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Juan-Lorenzo [email protected]                        

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