Revista Sociedad
Los pueblos han librado muchas luchas, pero no eran luchas por la verdadera democracia. La democracia significa que cada uno es su propio amo. Y yo pregunto ¿quién puede aseverar eso en estos tiempos?. Nunca en la historia se ha visto un experimento a gran escala por el establecimiento de la democracia mediante la no-violencia. Sin embargo hoy la gente clama por la democracia, y lo hace desde movimientos pacíficos; es el sueño que hemos soñado muchos, y es una utopía que no conduce a ninguna parte, pero que por el camino puede ir dejando frutos deliciosos:
- Un pueblo cabreado, no una masa aborregada,
- Un pueblo representado, que no se siente robado y estafado,
- Un pueblo que ha recuperado la palabra que le habían robado los políticos,
- Un pueblo que señala con el dedo a los culpables de dejarles sin casa, sin trabajo, sin recursos,
- Un pueblo que se atrevió a decir no más, que plantó cara al statu quo e intentó el cambio,
- Un pueblo que se dió cuenta de que con su voto tenía poder y podía ejercerlo,
- Un pueblo que decidió no estar más tiempo resignado y dejó de esperar a que otros decidieran el rumbo de sus vidas.