El perfil biofísico fetal es una prueba ecográfica basada en un sistema de puntuación que se realiza durante el tercer trimestre en los embarazos de alto riesgo para determinar el bienestar fetal, aunque también se realiza cuando el embarazo supera la fecha prevista de parto y no hay signos que evidencien que se vaya a producir en breve el nacimiento.
El perfil biofísico del feto es el resultado de una combinación de marcadores agudos y crónicos, en el primer caso (agudos) se analizan los movimientos fetales, la respiración del feto, la reactividad cardíaca fetal, el tono muscular o el movimiento fetal entre otros. En el segundo caso (crónicos) los marcadores son el volumen de líquido amniótico y las características de la placenta. Con todos los datos obtenidos se configura el perfil biofísico fetal con el que se puede identificar si el feto sufre hipoxia o sufrimiento fetal por la falta de oxígeno, o si sufre acidosis, un trastorno hidroelectrolítico relacionado con el contenido corporal de agua o electrolitos en el organismo del feto, que puede conducir a sufrir una acidemia. Hay que decir que existen dos tipos de acidosis que se detectan con la prueba.
Con los resultados obtenidos de la prueba se adopta la conducta perinatal más adecuada para evitar una posible muerte intrauterina, así como la morbilidad perninatal, de estos problemas hablábamos en el post Factores de riesgo en el embarazo. En el caso de tratarse de un embarazo de alto riesgo, algunas de las complicaciones que justificarían la prueba del perfil biofísico fetal serían la diabetes gestacional, sufrir hipertensión, crecimiento anormal del feto, falta de líquido amniótico, poca movilidad fetal, etc.
El perfil biofísico consta a nivel general de cinco parámetros, el índice de líquido amniótico, el tono muscular y postura fetal, el movimiento fetal, los movimientos de respiración fetal (ya sabemos que no respira pulmonarmente, sin embargo, la pared del tórax se expande y se mueve del mismo modo) y finalmente la actividad cardíaca fetal. A cada uno de los cinco parámetros se le asigna una puntuación, 0=anormal, 2=normal, la suma total de la puntuación arroja una cifra de entre 0 y 10. Una calificación de entre 8 y 10 equivale a normalidad, el 6 es el límite y un resultado inferior indica a los especialistas que hay que preocuparse porque algo no va bien y quizá hay que inducir el parto o realizar una cesárea.
Además de la calificación obtenida, se tienen en cuenta factores como el tamaño fetal u otras condiciones que podrían derivar en complicaciones, en este caso los especialistas pueden recomendar realizar pruebas adicionales. Nosotros conocemos un caso en el que a una futura mamá con 38 semanas de gestación se le realizó esta prueba, todas las variables eran correctas salvo el tamaño del bebé que no era el adecuado para la edad gestacional, los especialistas consideraron que la placenta no suministraba los suficientes nutrientes al feto y era mejor provocar el parto para que el bebé se pudiera alimentar correctamente fuera del vientre materno. Curiosamente no detectaron ningún problema en la placenta, ahora el bebé está muy grande y es hermoso.
Foto | Daia
Enlace permanente:
Qué es el perfil biofísico fetal