Internet ha cambiado radicalmente nuestras vidas. Cantidades ingentes de información fluyen casi instantáneamente de lado a lado del planeta, altamente interconectado. Cuando estamos frente a la pantalla de nuestro ordenador y nos conectamos a esta inmensa red a uno puede darle la sensación de que todo lo que está viendo no es real, no es algo físico que exista de verdad. Esa sensación la tuvo al menos Andrew Blum, que empezó a preguntarse qué es Internet en realidad y dónde se emplaza; ¿Existe algún lugar donde se halle Internet como se puede hallar un edificio? La respuesta a esta pregunta le condujo a descubrir todo un enorme entramado de cables submarinos de miles de kilómetros de longitud que van de un continente a otro y confieren una base física a conceptos tan abstractos como "la nube".