La circuncisión es una sencilla intervención quirúrgica que consiste en la extirpación de la piel que recubre el extremo del pene: el prepucio.
Desde el punto de vista médico, esta intervención solamente resulta indicada en el caso de que el prepucio sea tan estrecho que no pueda retraerse sobre el pene, trastorno conocido como fimosis.
¿Cómo se desarrolla una circuncisión?
El cirujano estira el prepucio y practica un corte desde la punta hasta la base, para luego cortarlo en todo su perímetro. En los recién nacidos basta con mantener una comprensión durante unos minutos para impedir la hemorragia, mientras que en los mayores puede procederse a una sutura.
La incisión puede dejarse descubierta, pero a veces se aplica sobre ella un apósito que se desprende al cabo de unos días. La cicatrización acostumbre a ser rápida
¿La circuncisión es dolorosa?
Si se practica en los primeros días de vida no es demasiado molesta y no hace falta anestesia, porque a esta edad las terminaciones nerviosas no están completamente formadas: el lactante llora momentáneamente y se calma en seguida.
En cambio, cuando se practica en niños más mayores suele hacerse bajo anestesia local o incluso general, mientras que en los adultos se efectúa con anestesia local.
¿Cuánto dura la intervención?Es muy rápida, ya que raramente requiere más de unos minutos, sobre todo en el recién nacido.
¿Existen complicaciones?
La circuncisión es una intervención sencilla y las complicaciones son muy poco frecuentes. No obstante, como ocurre con todas las operaciones, nunca se pueden excluir. Las más comunes son las hemorragias, que pueden ser prolongadas y peligrosas cuando la operación se practica en bebés que padecen un trastorno de la coagulación todavía no detectado. Raramente se producen infecciones o cicatrices que den problemas.
Si el lactante debe circuncidarse por un motivo religioso u opción personal, es necesario mantener bajo control la cicatrización.
Es normal que el lugar de la incisión esté tumefacto y enrojecido durante los dos primeros días, aunque la inflamación debe desaparecer prácticamente por completo al tercer día.
La costra en la línea de la incisión tiene que caer como máximo a los diez días. Si el médico ha aplicado un apósito, no se debe retirar demasiado pronto. En cambio, se deberá llamar al médico si no ha caído de forma espontánea dos semanas después de la circuncisión.
Es importante avisar rápidamente al médico en caso de dificultades de micción, fiebre, hemorragia de la herida o si se observa una coloración azulada de la piel del glande, enrojecimiento o pus.