En los últimos años ha proliferado el concepto de inteligencia emocional como un rasgo que todos deberíamos desarrollar. Cada vez más en los colegios empiezan a aparecer actividades con la temática a la vez que las empresas demandan más perfiles con este tipo de inteligencia. Pero… ¿qué significa realmente?
El origen de la Inteligencia Emocional
El término de inteligencia emocional se suele relacionar con el investigador Daniel Goleman. Sin embargo, otros psicólogos y autores anteriores como Salovey y Mayer o Gardner habían mencionado e investigado sobre el mismo concepto, sirviendo de base para Goleman.
La Inteligencia Emocional según Salovey y Mayer (1990)
Ambos autores e investigadores fueron los primeros en hablar del concepto de inteligencia emocional, publicando diversos artículos y libros sobre la materia en los 90.
Habiendo sido los pioneros a la hora de hablar de inteligencia emocional como habilidad, muestran discrepancias en la definición del concepto popularizado por Goleman.
Estos autores consideran que la inteligencia emocional es una habilidad para percibir y entender información emocional de uno mismo y de los demás.
4 Habilidades básicas de inteligencia emocional según Salovey y Mayer
Dentro de su teoría principal, destacan 4 habilidades que hacen a una persona inteligente emocionalmente.
Procesar emociones
La primera habilidad consiste en captar y expresar las emociones de uno mismo como las del entorno. Esto incluye también ser capaz de entender procesos emocionales más complejos como mezclas de emociones.
Las Emociones facilitan el pensamiento
En este punto los autores manifiestan que las emociones facilitan determinados tipos de pensamientos. Esto quiere decir que según el tipo de emoción que estemos viviendo en un momento determinados elegiremos una cosa u otra. Cuando uno se siente tranquilo o alegre suele tomar decisiones distintas a cuando está triste o enfadado, provocando un tipo de pensamientos y por lo tanto acciones según sus emociones.
Entender las emociones y su manera de manifestarse
Otra capacidad para Salovey y Mayer es entender las emociones y como se manifiestan en uno mismo y en el entorno. Detectar el tipo de emociones que uno posee y como se van transformando es clave para poder relacionarse de manera más eficiente. Para estos autores es también relevante tener la capacidad de detectar como se manifiestan las emociones. Por ejemplo una lágrima puede significar tristeza pero en muchas ocasiones también alegría.
Gestionar emociones para alcanzar metas u objetivos
Una vez que uno es capaz de percibir, expresar, usar y entender las emociones, debe también aprender a gestionarlas. Esto significa poder utilizar las emociones de manera conveniente, sin que nos consuman. Es decir, saber regularlas para que cada uno pueda orientarlas en el contexto y momento en el que aparezcan y conseguir objetivos o metas personales.
Posible ejemplo de inteligencia emocional según Salovey y Mayer
Si estoy hablando con alguien y me dice: ¡Qué idiota eres!, lo primero que voy a hacer es percibir y expresar mis emociones, es decir, voy a intentar entender el contexto. Quizás esté empleando la ironía, quizás me esté insultando o esté contándome una historia donde alguien le dijo a esa persona ese comentario.
Una vez tenga determinados el tipo de emociones que puedan surgir, intentaré facilitar el pensamiento y responder emocionalmente o bien con alegría (ironía); enfado (insultando) o sorpresa (historia).
Según lo que mi pensamiento me manifieste entenderé que se expresen en mi a modo de risa, grito o abriendo los ojos de asombro.
Finalmente regular mis emociones para que no vayan más allá de la conversación. Es decir, si siento enfado procurar enmarcarlo en un contexto y que no dure más tiempo de lo necesario.
Howard Gardner y la Teoría de las Inteligencias Múltiples
Uno de los investigadores que más ha revolucionado el ámbito de la psicología, especialmente en el ámbito educativo es Howard Gardner. Lo he mencionado en algún que otro post por la relevancia que tiene su teoría de las Inteligencias Múltiples.
El autor sostiene que actualmente y especialmente visible en el ámbito educativo, solemos evaluar a todos los niños desde un mismo prisma, etiquetándoles según su resultado como si son o no inteligentes.
Sin embargo, Gardner sostiene que todos los seres humanos somos inteligentes aunque no de la misma manera. Por eso tras varios estudios consideró que el ser humano está conformado por distintas inteligencias que todos poseemos en mayor o menor medida. Teniendo naturalmente unas más desarrolladas que otras, pudiendo trabajar en aquellas a desarrollar así como potenciar las intrínsecas.
Según Howard Gardner los humanos poseemos 8 posibles inteligencias que trabajan de manera conjunta, pudiendo aparecer más en el futuro. Para él las principales son la Inteligencia lingüística; lógico-matemática; espacial; musical; corporal; intrapersonal; interpersonal e Inteligencia naturalista.
Es precisamente en estas dos teoría en la que el famoso autor Daniel Goleman se inspira para investigar de donde procede la Inteligencia Emocional. Unificando dos conceptos que Gardner distingue como son las inteligencias inter e intrapersonal.
¿Qué es la Inteligencia Emocional? Daniel Goleman
El famoso autor Daniel Goleman considera que la inteligencia emocional no es una habilidad que el ser humano puede aprender como Salovey y Mayer consideran. Sino que es una capacidad que todos los seres humanos poseemos y que podemos aprender a activar o desactivar.
Daniel Goleman, en sus investigaciones decide concluir sobre que factores potencian que una persona tenga más éxito que otras. Descubre que el Coeficiente Intelectual solo influye un 20% en que una persona pueda llegar a ser más exitosa que otra. Lo curioso es que en el 80% restante se encuentran variables como la suerte, clase social y sobre todo, lo que él denomina como la inteligencia emocional.
Según Goleman se podría definir la inteligencia emocional como la capacidad para comprender y regular o gestionar las emociones tanto propias como ajenas.
Por lo tanto, la inteligencia emocional no sólo nos permite aumentar nuestro autoconocimiento favoreciendo determinados estados mentales y emocionales. Sino que además potencia una manera de relacionarnos con los demás de manera más eficiente y madura. Es decir, la inteligencia emocional nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida.
¿Cómo saber si tienes Inteligencia Emocional?
Para Daniel Goleman, la Inteligencia Emocional depende de la posesión de 5 elementos diferentes. Trabajar sobre ellos son clave a la hora de potenciar o desarrollar nuestra Inteligencia Emocional.
Autoconocimiento
El paso principal para desarrollar o saber si tenemos inteligencia emocional reside en ser capaces de saber reconocer nuestras emociones. Saber cuando las estamos experimentando y como afecta en nuestro contexto.
Dentro del autoconocimiento es muy importante poner énfasis en saber qué ha podido provocar determinadas emociones. De esta manera nos será más fácil potenciarlas o no en el futuro. Adaptando nuestras decisiones a estados de ánimos de sosiego. Siendo capaces de poner nombre a los sentimientos que habitamos también nos permitirá modificar nuestra toma de decisiones a momentos donde no sea la emoción quién decida por nosotros.
Es decir, el autoconocimiento significa tener la capacidad de saber qué sentimos (felicidad/ganas de llorar). Ponerle nombre (alegría/tristeza). Saber de donde viene (recibido buena noticia/ ruptura pareja). Ser conscientes de las consecuencias que trae (productividad en el trabajo/incapacidad para centrarse, rumiación de pensamientos).
Autocontrol o el dominio de uno mismo
Una vez que se tiene un conocimiento previo sobre las emociones que se poseen. De donde vienen y en que contextos se han activado. Es importante poseer autocontrol o dominio de uno mismo.
Esta habilidad nos permite ser transparentes y ver el mensaje que la propia emoción trae. Darnos el tiempo necesario para que las emociones se manifiesten en nosotros sin dejar que nos condicionen en nuestra vida. Gracias a esta capacidad poder tomar decisiones que favorezcan la canalización emocional. Como por ejemplo distanciarse de la situación o darse un tiempo. Para, desde un estado emocional de tranquilidad, sosiego o seguridad, poder reaccionar de la manera más adecuada.
El autocontrol está muy vinculado con la capacidad de adaptación a los cambios. Aumentando nuestra flexibilidad y siendo especialmente hábiles en la gestión de conflictos. A mayores poseen una mayor madurez emocional, pudiendo reconocer, responder y asumir la responsabilidad de sus acciones.
Empatía o ponerse en la piel de los demás
Otra habilidad que conforman la Inteligencia Emocional es la empatía o capacidad para ponerse en el lugar del otro. Esta característica es vital a la hora de relacionarnos con los demás. Nos permite ver más allá de nuestro punto de vista y actuar en consecuencia. La empatía facilita la conexión entre personas captando sus emociones a través del lenguaje verbal y no verbal. Incluso ayudando muchas veces a que las expresen y gestionen.
Sentir determinada emoción a través de lo que alguien externo está contando es un signo claro de empatía. Nos permite también comprender mejor a los demás. Saber que todos tenemos emociones por expresar, siendo así más respetuosos y tolerantes.
Automotivación
Cuando hablamos de automotivación nos referimos a la capacidad de fijarse objetivos y metas. E incluso entender qué cosas intrínsecas y externas nos motivan a conseguir nuestros propósitos.
Las personas con una alta capacidad de automotivación suelen tener una motivación intrínseca elevada, es decir, que no sólo se basan en cosas materiales como el dinero o el reconocimiento para impulsarse a luchar por sus objetivos. Sino que internamente hay ‘algo’ dentro de ellos que les permite conseguir sus deseos.
Gracias a la automotivación uno es capaz de gestionar las dificultades que se puedan encontrar en el camino y no perder el foco de atención en posibles inconvenientes. En este caso es un deseo mayor de conseguir algo determinado lo que ayuda a sentirnos motivados.
Relaciones interpersonales o Inteligencia Social
El último punto y ligado con empatía es la capacidad de formar relaciones interpersonales más allá de las circunstancias o el contexto. Seguro que cuando leemos esto alguna persona se nos viene a la cabeza. Sin saber muy bien cómo conoce a muchísima gente. Sabe relacionarse de una manera en la que la gente siente confianza incluso casi sin conocerle.
Este tipo de habilidades sociales favorecen una interconexión con los demás. No solo con las personas que nos caen bien. Sino con aquellas que pueden llegar a resultarnos más difíciles de tratar. Esta competencia nos permite también entender a las personas, saber desde donde actúan y posibles razonamientos detrás de esos comportamientos. Una buena comunicación, el liderazgo y competencias comerciales suelen ser signos de inteligencia social.
Beneficios de la Inteligencia Emocional
Dentro de los beneficios de la inteligencia emocional, se observa una mejora en la calidad de vida de manera generalizada. Existen otros beneficios que también influyen en la vida personal y relaciones con el entorno.
Personales
Las personas con alta Inteligencia Emocional observan grandes beneficios a nivel personal. El primero de ellos es que poseen una mayor capacidad de autoconocimiento. Luchan día a día por mejorar, sin ningún tipo de miedo al cambio. Son personas conscientes de sus limitaciones y fortalezas. Saben dar cabida a sus emociones, pudiendo responsabilizarse de lo que va bien y no en su vida.
Son además personas con una gran resiliencia y fortaleza emocional. Lo que significa que no les van a afectar las críticas con tanta facilidad. Tienen muy claro quienes son y como dar importancia a la opinión de las personas que les aporta.
A mayores, poseen altas capacidades de automotivación y están muy orientados a conectar con personas. Son capaces de reconocer sus errores y pedir perdón si fuese necesario. Saben apreciar y dar valor a lo que poseen sabiendo que podrían perderlo. Son personas que aprenden de las experiencias de la vida sabiendo soltar el pasado.
Por último, buscan el bienestar propio. Incluyendo hábitos que les ayuden a ser mejores personas. Poniendo mucho énfasis en el bienestar en todas las facetas de su vida. Intentan ver la vida con optimismo pero a la vez siendo realistas y estando preparados para asumir dificultades.
Relación con el entorno
La gente que tiene inteligencia emocional está muy enfocada en conectar con su entorno y las personas que les rodean. Son personas positivas, con empatía, capaces de escuchar y acoger las historias y sentimientos de los demás. Les gusta compartir desde la honestidad e intentan tener a su alrededor personas que les aporten positividad y buena energía.
Al ser personas con capacidades comunicativas y de escucha, muchos intentarán sacar ventaja de sus capacidades. Sin embargo, son personas que ante estas circunstancias sabrán decir que no y poner en práctica su asertividad.
Referencias
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La entrada Qué es la Inteligencia Emocional y cómo conseguirla se publicó primero en Celia de la Hoz.