
Todos sabemos que el cerebro está compuesto de dos hemisferios cerebrales, que aunque podamos pensar que son muy similares, la realidad es que cada uno de ellos cumple con unas funciones determinadas que permiten que se puedan realizar actividades complementarias sin dificultad.Pues bien, cuando hablamos de lateralidad estamos haciendo referencia a que hay un predominio de uno de los hemisferios cerebrales sobre el otro. Hacia los 3-4 años podemos percibir cómo el niño desarrolla su lateralidad al realizar las tareas con un lado concreto, pero no será hasta los 6-7 años que su lateralidad esté definida.
Funciones de cada hemisferio cerebral
Para que podamos entender un poco mejor las consecuencias de la lateralidad cruzada vamos a hacer un repaso a las funciones que desempeñan, a grandes rasgos, los diferentes hemisferios.
Lateralidad cruzada
Partiendo de las bases que hemos ido estableciendo anteriormente y que cada hemisferio domina la parte contraria del cuerpo, cuando hablamos de lateralidad cruzada se hace referencia a que el niño no muestra una preferencia por un lado concreto, si no por ambos a la vez. Es decir, puede ser dominante su ojo izquierdo, pero domina la mano derecha.Cuando la lateralidad no se desarrolla de manera correcta puede ocasionar problemas desde pequeño pues no tiene un esquema corporal de su cuerpo, no desarrolla una buena orientación espacio-temporaly puede presentar torpeza psicomotriz.Esto derivará en posibles problemas de aprendizaje como dificultad para memorizar, hay errores de lectura o escritura. Uno de los síntomas más llamativos es la inversión o sustitución de letras y cifas por otras.