Ya que vamos a hablar de métrica lo primero debe ser definirla.
Según la R.A.E. es el: "Arte que trata de la medida o estructura de los versos, de sus clases y de las distintas combinaciones que con ellos pueden formarse". Eso nos lleva a la definición de verso: "Conjunto de palabras sujetas a medida y cadencia, o solo a cadencia" y se añade que también se conoce como "verso" a un conjunto de los mismos, para contraponerlo a la "prosa". Ahora bien, ese conjunto de versos se denomina con más precisión "poema".
Así, el verso es un conjunto de palabras (una línea de texto), sujetas a cadencia (un ritmo fonético acentual) en el que la medida (la longitud silábica) también influye. La agrupación de versos, que mantienen entre sí una cierta armonía, forma un poema (una composición poética) que se distingue de la prosa (la escritura normal que no precisa de ritmos o medidas) por ese ritmo métrico inherente al poema.
Estas definiciones no han citado a la rima, o sea las repeticiones fonéticas de los finales versales, porque no es una condición necesaria para un poema, ya que los hay blancos, o sea sin rima. En cambio, sí es necesario el citado ritmo acentual armónico que distingue al poema de la prosa.
Todo lo anterior se refiere al formato o estructura rítmica de un poema, o sea a su continente, que es lo que estudia la métrica. Además, evidentemente existe un texto, un contenido poético, donde el poeta expresa un mensaje, pero eso ya no es objeto directo de la métrica, sino del comentario de textos poéticos. Continente y contenido suman en la consecución de la obra poética, el poema.
La primera pregunta que me harán algunos lectores será: "¿Y dónde queda el verso libre, esa expresión poética no sujeta a normas en la que el poeta puede expresarse sin cortapisas?" Pues depende, hay mucho verso libre que no lo es tal porque tiene estructuras métricas más o menos visibles, hay mucha prosa cortada en renglones imitando a un verso sin conseguirlo, y hay buen verso libre en que el ritmo fonético es substituido por un ritmo de imágenes poéticas, pero que sigue siendo minoritario en el conjunto de la buena poesía. Al respecto, dos estudios[i] que han analizado la poesía española más reconocida del último cuarto del siglo XX demuestran que más del 80% de la poesía publicada en las mejores antologías seguía siendo de base métrica.
El campo de análisis de la métrica recorre esos poemas sustentados por un ritmo métrico, desde los que tienen una estructura uniforme de ritmo, metro y rima (como puede ser un clásico), hasta aquellos otros en los que solo subyace un leve ritmo, muchas veces escondido entre versos de diferentes medidas o cortados de forma arbitraria que hay que reconstruir para descubrir esa base métrica. A estos últimos poemas los denomino "cuasi métricos" y quedan en la zona fronteriza con el auténtico versolibrismo, que debe ser del género lírico y sustentarse en metáforas y otras imágenes poéticas. Ese amplio campo de análisis poético discurre por versos rimados o no rimados, y por distintos ritmos y metros de los versos cuyas estructuras versales mantienen entre sí una cierta armonía sonora. Esa armonía puede tener más o menos tensiones recitativas, pero siempre existe un ritmo poético, porque sin ritmo puede haber poesía (por ejemplo, la prosa poética), pero no hay poema.
En el párrafo anterior he citado algo muy importante, el recitado, o sea la oralidad que es fundamental en la expresión poética. Antes de entrar en tecnicismos métricos, se puede distinguir el ritmo recitando o escuchando el poema. La poesía nació oral y esa oralidad sigue siendo muy importante en la recepción de un poema, ya que transmite, además de la semántica del texto, registros sonoros propios del recitador como el timbre, duración, tono, intensidad, etc., de los que el lector no dispone si efectúa una lectura silenciosa. Ya he indicado que por cortar en renglones un texto de prosa, por bueno que sea y estético que quede, no se convierte milagrosamente en un poema y la prueba de algodón del recitado descubre los posibles problemas de armonía que la métrica nos permitirá analizar.
Entrando en materia métrica, yo no la definiría como un arte. El arte, en todo caso, es el poema y la métrica da las explicaciones técnicas del por qué ese conjunto de versos mantiene ese ritmo poético más o menos armónico que lo distingue de la prosa. Por ello, no hay que considerar a la métrica como una imposición, sino como el estudio de unos modelos fónicos y rítmicos que condicionan cómo suena un poema. No debemos poner el carro (la métrica) por delante del caballo (el poema); ahora bien, si el carro no desliza suavemente, el poema renqueará, avanzará a trompicones y no podrá seguir el ritmo de un buen recitado.
Al analizar métricamente un poema se distinguirán las siguientes características de los versos: medida silábica, ritmo acentual de las sílabas, pausas y rimas (si las hay). Después se analizan las estrofas a partir de la estructura de cada verso comparada con la de sus vecinos; y por último el conjunto de las estrofas que forma el poema.
La medida silábica (el metro del verso) no se cuenta en sílabas ortográficas, sino en sílabas fonéticas que tienen en cuenta uniones o separaciones de vocales contiguas; hay poemas con todos los versos de la misma medida (isométricos) y otros que combinan distintas medidas con armonía (polimétricos). El rimo acentual distingue las tonalidades de las palabras, su fuerza y su posición silábica dentro del verso, y si son rítmicas, extra rítmicas o antirrítmicas. Respecto las pausas, las hay internas de menor o mayor duración, y las finales del verso; ya que los versos siempre acaban con una pausa versal, que puede quedar debilitada si el verso se encabalga con el siguiente cuando no hay una división sintáctica entre ellos. La rima, si existe, puede ser consonante (consonantes y vocales a partir del último acento) o asonante (solo de vocales), aunque hay una amplia gradación de fuerza en las rimas asonantes; en los poemas blancos, sin rima, puede haber asonancias no buscadas entre los finales versales que unos expertos aceptan y otros no recomiendan.
Las estrofas de un poema agrupan versos que repiten estructuras métricas o muchas veces, en los casos de poemas blancos, son agrupaciones sintácticas como los párrafos separados por puntos y aparte de los textos en prosa. El análisis de un poema comprende el de sus versos vistos individualmente, pero también su relación con los versos vecinos, su agrupación por estrofas, y estas en la obra poética completa.
La métrica, por suerte, no es una ciencia exacta, pero mucho menos es una anarquía en la que cada uno puede dictar sus normas contraviniendo los principios generales. Hay estructuras poéticas que tensionan el recitado del verso y otras que le dan fluidez, pero no siempre la tensión es mala, ya que a veces conviene al contenido. Forma y fondo, estructura y texto, suman para conseguir un buen resultado poético.
Hay quien cuestiona la necesidad de los conocimientos métricos aludiendo a la libertad del arte. En mi opinión, y la de otros muchos, para desarrollar una actividad artística, sea poesía, pintura, música, baile, etc., es preciso conocer y practicar las normas académicas, aunque sea para saltárselas luego en busca de la libertad creadora, porque si no se conocen el salto es al vacío. Es cierto que hay afortunados intuitivos, como los que tocan el piano de oído, pero esta es la excepción que confirma la regla y es difícil progresar sin tener una cierta formación técnica. Los conocimientos métricos facilitan la labor del poeta, ayudándole a resolver las tensiones fónicas que percibe, y también que el buen lector o recitador descubra esas armonías que distinguen al poema de la prosa.
Hasta quien quiera practicar el auténtico verso libre, no sujeto a las normas de armonía poética, debe conocer las reglas métricas para estar seguro de que su verso es realmente libre. Sobre el verso libre hay una frase muy clarificadora del poeta Gabriel Ferrater: "El verso libre deja de existir en el momento en que se hace verso"; porque el verso siempre está condicionado por un ritmo sea fonético, de imágenes o de figuras retóricas.
Para ayudar a divulgar esos conocimientos métricos acabo de publicar mi libro " La métrica poética del español ", dirigido tanto a poetas como a interesados en la lectura de poemas. Si lo hecho es porque a pesar de que hay buenos libros de esta especialidad considero que o no tratan todos los temas importantes, o los tratan parcialmente, o mantienen algunas teorías de las que yo disiento y espero poder demostrar el porqué.
En las 330 páginas del tratado se explican, con detalle y muchos ejemplos, todos los elementos con los que se construyen los ritmos poéticos y se efectúa una amplia exposición comentada de los distintos tipos de poemas. En este enlace está la descripción de los capítulos del libro y cómo adquirirlo. He intentado que las exposiciones sean sencillas y a la vez rigurosas, lo que permita su lectura y aprovechamiento tanto a los entendidos de la materia como a quienes están interesados en iniciarse en su estudio. Como siempre, los lectores tendrán la última palabra sobre si lo he conseguido o no.
[i] Juan Frau. La rima en el verso español: Tendencias actuales. Revista Rhythmica nº2. Pag. 109. / Mª Victoria Utrera. Historia y Teoría del verso libre. Padilla libros. Sevilla, 2001. Cap. VI. El verso libre en la poesía española de los últimos 30 años. Pag. 281 a 315.