¿Sabes que en más de una ocasión has hecho alguna obra de frottage? Y estamos casi seguros que en alguna ocasión hasta te puede haber resultado el resultado…
Aunque muchos lo asocien a una manualidad de guardería, otros han sabido exprimirlo y convertirlo en un arte muy adulto.
Ésta técnica fue ideada por Max Ernst sobre 1925 y consiste ena algo tan aparentemente sencillo como frotar un lápiz o similar sobre una hoja apoyada sobre un relieve.
Tal vez suene un poco confuso como explicación escrita pero si lo enumeramos como lo hacíamos en el “cole” resulta mucho más sencillo:
- Ponemos una moneda (o cualquier otro elemento) sobre la mesa
- Colocamos un papel encima
- Frotamos con un lápiz, carboncillo, cera de color…..
- Conseguimos estampar el color en la hoja creando un sensación de textura
Por supuesto, hay que hacerlo de una manera suave y relajada para no deformar el papel y que resulte una sensación de textura y no una textura hecha por presión sobre el objeto.
Los niños suelen hacerlo para practicar en rectángulos, y en cada uno de esos espacios hacer un frottage diferente:
Pero ¿qué sucede si esto se eleva a un nivel superior? El resultado es impresionante:
Max Ernst, L’evadé (1926) -noticias-totenart
Tal vez sea porque ambas son en realidad un Frottage el motivo por el cual este arte no ha recibido todos los honores que debería. Pero figuras como Max Ernst, Anna Amadio o Antonio Tapies supieron encontrar en ésta técnica un rasgo y un valor diferente para poder aplicarlo a su obra.
¿Y a ti? ¿Qué te parece?