Si estás cansado de dormir en hoteles típicos occidentales y deseas probar algo distinto, intenta alojarte en un Ryokan. Este es un alojamiento mucho más familiar y amigable. Debido a que no tiene multitud de habitaciones, los encargados del Ryokan intentan conocerte más y te tratan de forma especial.
Algunos hoteles tienen habitaciones occidentales y japonesas. La sensación no es igual porque quitando el cuarto que sí puede ser como los del Ryokan, el resto es exactamente igual que cualquier hotel que puedes encontrar en occidente y eso cambia por completo la vivencia.
Las habitaciones de un Ryokan son sencillas. Al llegar a tu habitación, entrarás en el agari-kamachi cuya función es parecida a la del Genkan, allí te quitas los zapatos y te pones las zapatillas para no ensuciar el tatami y también evitar meter la suciedad del exterior.
En el cuarto encontrarás la ropa que debes usar en el Ryokan, tanto para ir a cenar como para pegarte un baño en el onsen. Esta vestimenta se llama Yukata y es un kimono pero más para andar por casa.
El cuarto en sí suele ser simple, una televisión y una mesa baja con un par de zabutónpara sentarte de forma más cómoda. En la mesa suele haber te y pastelitos.
En el mismo cuarto tienes un pequeño armario (oshiire) que es donde guardan las mantas y el futón para la noche. La sensación de tranquilidad en estos sitios es absoluta aunque si eres aficionado a las películas de miedo japonesa, más de una vez vas a relacionar alguna escena con el Ryokan.
Una vez que llega el atardecer, la nakai-san del Ryokan, entrará en tu cuarto y cambiará la mesa por la colcha para dormir (futón) y cuando vuelvas estará todo preparado para pasar la noche. Al levantarte por la mañana al revés. Así que no tienes que encargarte de quitar ni poner nada.
Una característica de los Ryokan es el onsen. En el que nosotros estuvimos tenía tres y tenías que reservar tu hora. El Okami (gerente) de nuestro Ryokan siempre nos sonreía y decía: “Remember, at seven bath’s time!
Otro punto a favor del Ryokan es la comida que te sirven, esta es deliciosa y está especialmente cuidada para atraerte también por los ojos. Ve con hambre ya que la cena es espectacular y muy abundante por lo que después prepárate para descansar ¡no serás capaz de moverte!
El Ryokan suele ser familiar y por ello te sientes mucho más integrado en la sociedad japonesa. El próximo día hablaré de los encargados que había en el Ryokan que yo me hospedé.
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