Revista Cultura y Ocio
Dentro del sector editorial el traductor es una de las figuras más conocidas y demandadas. En esta ocasión no es necesaria la definición del DRAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española) para saber que es aquella persona que traduce. La labor del traductor literario Actualmente, la profesión de traductor es una de las más demandadas en el sector editorial. Esto se debe al volumen de obras internacionales que llegan a nuestro país que necesitan ser traducidas. El traductor es el primer profesional que toma contacto con la obra extranjera, una vez que la recibe de la editorial. En sus manos y competencias queda un texto que depende totalmente de él. No exagero al afirmar que un traductor afecta notablemente a la calidad de la obra y a la opinión final del lector sobre ella. ¿Cómo trabaja el traductor literario? En primer lugar, el traductor necesita conocimiento pleno tanto de la lengua origen en la que está escrita la obra como de la que va a traducir. Es fundamental el uso de herramientas de apoyo a la traducción, tales como diccionarios (en plural), gramáticas, etc. La traducción es una acción laboriosa, que necesita tiempo, dedicación y, sobre todo, mucha atención. El trabajo del traductor debe apoyarse siempre en el del corrector si queremos obtener un texto de calidad. Actualmente, el idioma más demandado para la traducción es el inglés, pues tanto en el mercado español como en el latinoamericano es el idioma cuya importación de obras es mayor. Debemos tener en cuenta también la gran competencia que supone en el sector para aquellos que decidan o quieran dedicarse a este mundo. Sin embargo, las editoriales (sobre todo las independientes) han encontrado un gran filón en publicar obras en lenguas mucho más minoritarias, por ejemplo, países de Europa del Este. Esto se debe a las ayudas y subvenciones que ofrecen estos países para promover la difusión de su cultura. De igual modo, el panorama oriental también resulta cada vez más atractivo al lector, no solo en obras japonesas, sino de China, India, etc., por lo que las editoriales tienen en punto de mira este sector.