Creo que casi todos estamos un poquito desencantados con Outlander. No pasa nada por decirlo. Es una serie que muchos críticos siempre han mirado con superioridad, tildándola de poco menos que novela rosa con mucho (y buen) folleteo; mientras que, por mi parte, he perdido la cuenta de las veces que la he "defendido", casi como si fuera una buena amiga, en este blog. Pero incluso a las mejores amigas hay que llamarles la atención cuando hacen algo que no nos gusta, de mal gusto, o que deja mucho que desear, como volver con el idiota del ex o hacer una temporada mediocre.
Dejad de ser tan guapos y escuchad un momento, por favor. Un poco de seriedad, que no estamos contentos.
Me es difícil sentarme a escribir a estas líneas. No por el hecho de despotricar sobre Outlander (una crítica constructiva y con cariño nunca está de más), sino por el hecho de que no sería justo venir a decir que esté siendo "mala". Las cosas no son tan simples. Tachar así un producto que sigue poniendo tanto cuidado en los detalles -ambientación, vestimenta, banda sonora y, en general, una excelente recreación histórica-, sería ir demasiado lejos. ¿Que Outlander ahora es "mala"? No diría tanto. ¿Que es peor? Bastante...
Quizá el problema de Outlander es que ha acomodado. Se ha relajado en su propio éxito, en sus buenas audiencias, y no se ha seguido esforzando tanto como debería. No quiero decir que esta quinta temporada haya tenido "relleno", porque me parece un término absurdo, pero sí que se ha sentido un tanto aleatoria. ¿Los guionistas hacían girar una ruleta, y decidían así a qué dedicar cada episodio? Ha habido una estructuración de la temporada muy pobre. Hoy una plaga de langostas, hoy nos quedamos una bebé y la entregamos a los cinco minutos, hoy lidiamos con un trauma de Roger que nos hemos sacado de la manga... y al siguiente capítulo, a otra cosa.
El arco narrativo que "cohesionaba" la primera mitad de temporada, dedicado a Murtagh y a la guerra inminente de los "reguladores", no ha sido lo suficientemente potente. Su historia de amor con Jocasta, cogida con pinzas, desarrollada de forma precipitada -demasiado el drama que montaron para tan poca chicha-, y ese tira y afloja entre "reguladores" y los Fraser, bajo el paraguas de la Corona británica, poco interesante. O, por lo menos, no tan interesante como otros grandes conflictos vistos en la serie. La guerra de Independencia estadounidense sí sería una historia muy jugosa, pero parece que están evitando deliberadamente meterse en esa cuestión, alargarla, para sacar antes todas las temporadas posibles, "estirando" la serie aun a costa de llenarla de tramas con menos fuerza.
Cuando lo pides por Aliexpress VS cuando te llega: Roger y Bree
Pero el gran problema de la serie es su "nueva" pareja: Roger y Bree. Teniendo un universo de personajes secundarios tan interesante y poco explotado, con parejas como Fergus y Marsali y bombas como Lord John Grey, nos intentan meter hasta en la sopa a la hija de los Fraser y su propio escocés. Ya expliqué en este artículo todo lo que estuvo mal con ellos en la temporada pasada. Todo lo que en su dinámica aburre, repele, nos es indiferente. Con el 5x08 "Famous Last Words", que quizá sea el mejor hasta el momento, arreglan un poco la cuestión. Es interesante que la serie explore el proceso de lidiar con un trauma, cómo puede destruir una familia y tardar tantísimo en ser reparado. Pero, como decía, se siente tan sacado de la manga...
Quizá el mayor problema sea que han hecho orbitar toda la relación de Roger y Bree en torno a Bonnet, lo cual es repugnante. Parecía que Brianna iba a ser aventurera, libre, vivir su propio romance... y, sin comerlo ni beberlo, la vemos en un embrollo de violación y con un bebé a los cinco minutos. Y esto sería pasable una temporada, una y hasta luego Mari Carmen, pero que Bonnet siga vivo tan forzadamente es un error, porque están alargando una trama que no va a ninguna parte y que encasilla a Brianna, la reduce, la define todo el tiempo en relación a lo que sufrió esa noche oscura. No me molesta que se exploren las consecuencias de su trauma, pero sí que se siga revoloteando en torno a ese memo. ¿No tienen nada más interesante que contar? Y si añadimos que los actores de Bree y Roger no tienen química entre ellos, que es el quid de la cuestión, apaga y vámonos.
Y ahí seguiré al pie del cañón, porque es una serie que, a pesar de todo, sigue estando hecha con mucho cariño y nos sigue dando buenos momentos... pero, por favor. Pónganse las pilas. Mejores arcos argumentales y menos violadores, para variar.
Isidro López (@Drolope)