Revista En Femenino

¡Que estoy embarazada!

Por Mamaenalemania

¡Que la niña está embarazada!
¡Que la niña está embarazada!

Esta es la nueva consigna reivindicativa con la que, como no podía ser de otra manera, mi súpermamá (¿qué haría yo sin ella?) machaca a cualquiera que ose olvidarlo por un segundo.
Personalmente soy consciente de la suerte que tengo con mis embarazos (y partos) y le estoy muy agradecida a la genética por ello (mi madre, tías y abuela han sido iguales).
No he tenido náuseas, ni dolores, ni retención de líquidos, ni diabetes gestacional, ni acné, ni acidez, como lo que quiero…
¿Estupendo, no? Sí y no.
La mayoría de las mujeres se quejan (con razón) del tratamiento de enfermas que reciben a causa de su embarazo y reclaman un trato acorde a su estado. Pero mucha gente (demasiada) se olvida de que no estar enferma durante el embarazo no significa estar como si no se estuviese embarazada.
Últimamente (o puede que desde que formo parte del club materno) veo que proliferan mujeres con embarazos complicados y algunas con complicaciones que, por desgracia, van mucho más allá de y son mucho más graves que las típicas náuseas, antojos, acidez y algún dolorcillo de espalda. Es decir, mujeres que además de estar embarazadas (y a veces como consecuencia directa de ello), están o se ponen enfermas.
Precisamente esto me hace ser consciente de la suerte que tengo yo y me produce malestar (y un poco de vergüenza) quejarme por cosas que, en comparación, son tonterías.
El problema es que la gente asocia tanto el estar embarazada con el estar enferma, que parece que si no tienes algo importante u obvio de lo que quejarte o tratarte o que controlar, significa que debes de ser descendiente directa de Superwoman, un ser muy superior a los demás, al que no sólo el embarazo no impide nada, sino que por el contrario debería incluso estimular y multiplicar sus superpoderes con respecto al resto de los mortales.
Tú estás tan contenta y te preguntan “¿Qué tal estás?”… “Bien”… “¿No tienes náuseas/dolores insoportables/pies tan hinchados que no puedes casi andar/lo que sea (pero grave)?”… “No, no, nada de eso, por suerte no”… “¡Ah! Es que mi amiga/prima/compañera de trabajo/tía/conocida/amiga de mi amiga ha tenido tal o cual y lo ha pasado fatal”… “Joer, pobrecilla…” “mmmm (repaso de arriba a abajo), tú estás estupenda”… “Psssí, bueno...(piensas en la amiga/prima/compañera de trabajo/tía/conocida/amiga de la amiga pasándolo fatal)... gracias, la verdad es que no me puedo quejar”.
Y ya está. Oficialmente te has convertido en Super(pregnant)woman. Tu embarazo es un simple “bultito” (muy mono, por cierto, que estás estupenda, incluso te favorece), que se mueve de vez en cuando y para el que todavía no has elegido nombre.
Lo demás son tonterías. No sólo puedes, sino que debes seguir con tu vida normal (sin jamón, vale, pero aparte de eso normal): Cargar peso, salir de marcha, hacer de personal shopper a 40º, cuidar a los hijos de las demás… etc.
Y Ay de ti como se te ocurra sugerirle a tu marido que te cuesta 10 veces más que a él o que a ti misma hace unos meses hacer las tareas domésticas (porque mira el bultito como si estuvieses de coña); o decirle que no te apetece salir a cenar o a tomar algo, que sólo quieres irte a la cama (porque mira el bultito como cuando le dices que te duele la cabeza y los dos sabéis que estás de coña); o decirle a tu visita que no puedes estar pateando tiendas cuatro horas sin parar bajo un sol arbrasador (porque compara el bultito con su maxibolso y te mira como si estuvieses de coña); o decirle a tu cuñada que tú no eres la más indicada para ocuparte de su monstruito maleducado una semana para que ella pueda disfrutar de su bebé recién nacido porque tú ya tienes a tus DOS hijos en casa de vacaciones y además estás embarazada (porque mira tu bultito, se acuerda de los 30 kilos que se ha echado ella, sus cistitis, dolores e hinchamientos varios y concluye que sólo puedes estar de coña y que eres una antipática).
Llega un momento en el que te resignas (¡qué remedio!) y sustituyes la muletilla irónica “es que estoy embarazada ¿recuerdas?” por suspiros-relinche para contestar a los “estás de coña”, con la esperanza (vana, por supuesto) de que alguien los interprete como que te cuesta hacer algo y no como que no te apetece.
Pero ahora... ¡temblad, insensibles! porque mi súpermamá ha asumido el rol de intérprete cojonera y en voz alta del relincho y pobre de aquél que no se dé por enterado de que...
¡¡¡LA NIÑA ESTÁ EMBARAZADA!!!
(Gracias mamá)


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