Si nos encontramos con que alguien que acaba de quemarse, ¿cómo reaccionamos? ¿Somos de los que se agobian o, por el contrario, sabemos manejar la situación? ¿Tenemos presente que cada minuto y cada acción cuentan? ¿Sabemos qué acciones disminuyen el peligro de infección, favorecen la curación o empeoran todavía más la lesión?
Hay algunos detalles que debemos tener en cuenta:
Si es una lesión grave, aunque sea pequeña, que afecte a zonas delicadas como los ojos, la cara o los genitales, o si se ha pegado la ropa al cuerpo, o si no para el dolor y la picazón, lo que indicaría que es más profunda de lo que parece, debemos acudir a un centro médico para que nos curen. El médico nos indicará la cura a seguir para que la herida cicatrice bien.
En otros casos, hay que aliviar la quemadura con abundante agua fría. A continuación cubrimos la zona con un apósito. Pondremos crema o pomada sólo si nos lo indica el médico o el farmacéutico, ya que algunas pomadas pueden adherirse a la zona quemada y provocar infecciones.
Hay algunos remedios naturales que carecen de validación medica; por ejemplo, exponer la lesión al sol para que se seque y le dé el aire, puede causar una infección. Poner pasta de dientes en la herida, puede dificultar la cura, o empeorar más la lesión.