La intoxicación etílica es un caso particular, porque no se produce debido a que el producto esté en mal estado, sino por un exceso desmedido en la ingestión del mismo. De forma paradójica y salvo desconocimiento o inexperiencia, la intoxicación se produce con el consentimiento previo del afectado.
Desgraciadamente hay casos en los que la comúnmente llamada borrachera llega más lejos de lo deseado, y entonces se hace necesario actuar con el fin de evitar una grave lesión o un desenlace fatal.
Lo que se puede hacer
- Intentar provocar el vómito del alcohol restante en el organismo antes de que se metabolice.
- Tumbar al afectado. Es preferible hacerlo de lado, ya que al aumentar el mareo puede sobrevenir el vómito y provocar una obstrucción o atragantamiento. Procure que mantenga los ojos abiertos. Sólo debe dormir cuando la crisis haya pasado.
- Ofrecer alguna bebida muy azucarada. La intoxicación provoca un bajada de azúcar en sangre. También se le puede dar té o café muy cargado.
- Abrigar a la persona intoxicada. Recuerde que la sensación de calor que provoca el alcohol se debe a una dilatación de los vasos sanguíneos, lo que consume calor provocando una fuerte bajada de temperatura en el organismo.
- Si es posible, colocar en la cabeza paños fríos.
- Si el intoxicado pierde la conciencia – no es lo mismo a estar dormido – , debe trasladarle inmediatamente a un centro sanitario.
Lo que no se debe hacer
- No le ofrezca leche o cualquier alimento graso, ya que favorece la absorción del alcohol.
- No intente que ande, que se mantenga en pie o que se mueva por cualquier medio, no se consigue nada satisfactorio con esta actitud. Lo mejor es que permanezca tumbado, pero sin adormecerse.
- Si está en plena crisis de euforia, procure evitar lesiones pero no actúe con rudeza. Recuerde que el alcohol transforma el carácter y es fácil convocar la violencia.