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Qué hacer con los objetivos y metas que nunca cumples

Por Coach De La Profesional @scientistcoach

 

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Qué hacer con los objetivos y metas que nunca cumples
Llega septiembre y, como decía una chica en Twitter, casi parece año nuevo, con propósitos y todo, ¿verdad? Aunque he hablado de conseguir tus objetivos y de diseñarlos bien más de una vez, hoy te voy a dar otra recomendación sobre los objetivos que pospones y pospones y no desaparecen nunca de tu lista. Esos que cada vez que los lees piensas “esta vez sí, como sea”,  y que incluso empiezas pero los dejas a medio terminar y te están torturando eternamente. ¿Qué hacer en estos casos?

 

Primero, haz una lista con todas esas metas, propósitos u objetivos que siempre tienes en mente pero que nunca haces (o que empiezas y dejas a medias). Todo lo que se te ocurra, tanto profesional como personal.

 

A continuación, revisa la lista detenidamente y decide:

 

  1. Cuáles quieres eliminar completamente. Se acabó darles mil vueltas, ya no te los vas a plantear más (lee mi ejemplo con los gimnasios más abajo).
  2.  

  3. Cuáles quieres posponer indefinidamente. Crea una carpeta u otra lista con el título “algún día/quizá” y mete allí los proyectos y objetivos que te gustaría conseguir pero que sabes que ahora mismo no vas a hacer.
  4.  

  5. Procura hacer esto con al menos un 10% de los proyectos que siempre pospones.

 

Lo que consigues con esto es quitarte de la cabeza cosas que te roban energía, que te preocupan o agobian. Esos proyectos que nada más leerlos ya piensas “buf, si es que tendría que ponerme en serio” y que te hacen sentir fatal. Con este simple ejercicio lograrás aparcarlos y que no te roben más energía. ¿Por qué? Porque los pospones o eliminas de forma premeditada. Nada que ver con dejar que pase el tiempo poniéndote excusas y sintiéndote mal. Decides conscientemente que ese punto simplemente lo vas a dejar para más adelante, o no. Lo que no te recomiendo es seguir posponiendo tomar decisiones sobre esas acciones, decide dejarlas para más adelante o eliminarlas completamente, o hacerlas, pero no las dejes colgando…

 

Un ejemplo típico y real: todos los años me propongo apuntarme a un gimnasio y esta vez sí, ir asiduamente. Cada año o trimestre lo pensaba, me agobiaba, me apuntaba, intentaba ir con una amiga, que estuviera de camino a casa, llevar música, etc. Todas las veces dejaba de ir al cabo de un tiempo y vuelta a empezar. Hasta que un día dije, se acabó, no me voy a plantear ir a un gimnasio, lo dejo, hay que asumir que no me gusta y no quiero, ya encontraré otras formas de hacer ejercicio. Nada más tomar esa decisión la liberacion fue inmensa y ya no me he vuelto a preocupar por eso. Pruébalo tú y me cuentas.

 

Y otro truquito final, ¿has pensado en la alternativa de hacer una lista de cosas que NO hacer?…

 

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