Que hacer cuando su ex no participa

Conozco de un caso donde el padre del niño no participa para nada en la vida de este. Ni siquiera una llamada cuando el chico está de visita en el país (no viven en el mismo país), ni una visita, y por supuesto no participa económicamente. El chico lo ha visto unas cuantas veces en su vida y como ya tiene seis años está muy consciente de la ausencia del padre, a veces expresando odio hacia él y a veces pidiendo que se lo traigan.
¿Qué hacer con ex que no participa en la crianza del hijo que uno tiene en común?
¿Qué hacer con el niño para mitigar esa ausencia (porque solo mitigar se puede)?
Lamentablemente, no todos los hombres (ni las mujeres) se convierten instintivamente en padres amadores y participante involucrado. Podría haber muchas razones para que el padre se aleje o no se involucre, pero nada borra las responsabilidades de padre.
No se puede obligar a un ex ni a nadie a hacer algo que no quieran.
Si el niño en cuestión es bien pequeño todavía, el mejor intento que puede hacer una como madre es mantener al ex informado de la vida y desarrollo del hijo, enviándole fotos regularmente y hasta invitarlo a eventos especiales del niño (cumple, bautizo, etc.) y compartiendo de vez en cuando historias del niño. Quizás con el tiempo y la participación inactiva que más o menos una lo obliga a tener, el padre puede sentirse genuinamente interesado y participar en la vida del hijo (como al leer y ver que el hijo tiene su sonrisa por ejemplo, etc.).
Si el rompimiento de la relación ha sido reciente a lo mejor el hombre necesita más tiempo para ajustarse a la separación (sobre todo si a él le afectó más). Pero mientras eso sucede, sigue los consejos de arriba.
Si ya lo has tratado todo por mucho tiempo (meses o hasta años) y el padre sigue sin interesarse, entonces es mejor “cortar por lo sano”. Tu hijo se beneficiará más con su ausencia pues no tendrá un padre inconstante ni alejado emocionalmente.
¿Pero qué decirle al hijo cuando pregunte por el padre?
Cuando el hijo le pregunte (porque le va a preguntar y más una vez), háblele claro sin necesidad de decirle nada malo sobre su padre (ni que nos abandonó, que es un desgraciado, nada de eso).
Para empezar, puede decirle algo como: “todos los niños tienen mamá y papá y tú también, solo que tu papá no está aquí”. Puede ir elaborando detalles a insistencia del hijo y según su edad y capacidad de entender. Sobre todo, no le mienta, aunque sí puede ocultarle detalles que no entenderá a su edad.
Lo más importante es asegurarse que el hijo se sienta seguro, amado, cuidado y protegido por la red de personas que sí participan en su vida. Esa sigue siendo nuestra responsabilidad principal como madres. Sobre todo, proveerle una figura paterna fuerte y estable (un tío, un abuelo). No caer en el error de sobre mimarlo, pues sigue necesitando la firmeza y la disciplina como todos los demás niños.
¡Fuerza y dedicación que Dios recompensará!