Revista Psicología

¿Qué hacer cuando te sientes vacío?

Por Yanquiel Barrios @her_barrios
¿Qué hacer cuando te sientes vacío? ¿Qué hacer cuando te sientes vacío?

Es un sentimiento difícil de explicar, que se aferra a nuestra alma con fuerza. Una persona puede tenerlo todo y, sin embargo, sentir un profundo hueco en su interior. Sentirse vacío es pensar que nuestra existencia no tiene sentido, a pesar de que nuestro alrededor demuestre todo lo contrario. El vacío es una emoción que hiere nuestra arquitectura emocional, heridas que si no curamos a tiempo, puede complicarnos la existencia.

Hay personas que intentan llenar ese vacío con amor, con comida, con alcohol, cargando su agenda social, dedicándole más tiempo a sus aficiones o machacándose más de la cuenta en el gimnasio. Se sienten derrotadas, no quieren pensar, sus fuerzas flaquean y recordar ese "vacío" les hace daño. Si tuviera que elegir un adjetivo para definir el vacío, el más adecuado sería insoportable. El vacío es insoportable porque es incomprensible, porque todo recuerda que sentimos una necesidad de algo que no conseguimos determinar.

Manifestar esta carencia es tan difícil para quien la siente, como para quien es informado de ella. Es un sentimiento complicado de explicar y de entender. Los estudios científicos lo vinculan a causas asociadas a la depresión, una desconexión del sistema pre-frontal con el sistema límbico se presenta como la hipótesis neurobiológica.

Llenar el vacío

Cuando una persona se siente vacía, parece como si una serie de emociones negativas decidieran aliarse, tomar fuerza y complicar nuestra vida. Aparece la desmotivación, la desilusión, la insatisfacción, la angustia, el hastío o la tristeza para adueñarse de nosotros. La lucha contra el vacío no es fácil. Caer atrapado en sus garras es tener la sensación de que estamos a la deriva, inmersos en un mar de dudas e inseguridades.

Uno puede decidir dejarse vencer por este sentimiento o tomar las riendas y luchar contra él. Para ello hay que comenzar la tarea de conocer y aceptarnos a nosotros mismos. Hay que bucear en nuestro interior, identificar los factores que provocan ese cúmulo de emociones negativas para ponerles remedio.

Exteriorizar lo que sentimos y hablar de lo que nos atormenta suele ser una buena manera de comenzar a sanar nuestras heridas emocionales. Pide ayuda, no siempre tenemos todas las herramientas que necesitamos para solucionar nuestros problemas. Pedir ayuda no significa ser débil, sino tener la capacidad de darse cuenta que necesitamos de alguien para afrontar nuestro problema.

Valora lo que tienes, no se trata de ser conformista, sino de aceptar la realidad tal y como es. Céntrate en aquello que te hace sentir bien, potencia tus virtudes y trata de no dejarte dominar por tus defectos. Sé consciente de que la perfección no existe y que cada uno de nosotros somos únicos e irrepetibles.


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