Una pregunta que se hacen muchas personas que quieren que amigos o familiares puedan ir a sus casas con los canes, pero que sus perros se transforman en el demonio de Tasmania de los dibujos animados (hechos una fiera) cuando otro perro pone una pata en casa. Si es tu caso, en este artículo encontrarás la manera de proceder para cambiar esa situación, ¿cómo?
Antes de darte unas pautas, no está de más recordarte que, aún dentro de la misma raza, cada perro es individualmente diferente, con su carácter y circunstancias específicas. Por lo tanto, tienes que evaluar correctamente y pensar bien si tienes un perro que, si bien ahora no es capaz, pueda en un futuro tolerar la presencia, aunque sea por unos minutos, de otro perro dentro de casa. Ya que con algunos perros será mejor prevenir y no forzar esta situación.
Los perros son territoriales, pero esta territorialidad se difumina en nuestros perros urbanitas. La masificación de perros en las ciudades hace que los problemas de territorialidad aparezcan en circunstancias muy específicas, como en perros que siempre están en la misma zona del parque o, en este caso, por la intrusión en el hogar, lugar de descanso y convivencia con el perro, donde lo normal es que se sienta seguro y rompa esa seguridad la presencia de otro perro. Por lo tanto, las pautas que a continuación te detallaré están encaminadas a que tu perro pueda sentirse seguro y no amenazado por la presencia de otro can en el hogar.
Pautas para que tu perro tolere visitas de otros canes:
1. Nunca debería entrar al hogar un can totalmente desconocido para tu perro. Esto es lo más importante, se deben conocer anteriormente en la calle a través de paseos conjuntos y juegos como expliqué en este otro artículo: Cómo presentar a dos perros
2. Acostumbrar a tu perro a que haya olores de otros perros en casa. Prepara todo para que mientras estés de paseo con tu perro puedan ir otros canes a casa dejando su olor, y que cuando regreses, ya no estén pero sí haya premios esparcidos por los lugares por donde estuvieron. De esta forma, al llegar a casa tu perro se encontrará que esos nuevos olores en el hogar tienen beneficios. Repite este procedimiento todo lo que sea necesario durante un periodo de tiempo antes de programar la visita real.
3. Las primeras ocasiones es mejor que entren en casa los dos perros a la vez: las primeras veces que un perro vaya a ir a casa es mejor programarlas de antemano y quedar para dar un paseo conjunto y acabar entrando en el hogar. Más adelante, cuando el perro esté más acostumbrado, se puede esperar a la visita en casa.
4. Supervisión constante de los perros: la supervisión es fundamental y si quieres, para estar más seguros, les puedes dejar la correa puesta (y en su caso, si lo ves necesario, un bozal). Aunque es importante no perderlos de vista, deja que se muevan y exploren conjuntamente.
5. Practica juegos conjuntos: tu perro aceptará mejor la presencia de otro si se da cuenta que se lo pasa bien. Realiza juegos sencillos que no impliquen rivalidad entre los canes y prémiales por ello.
6. Las visitas iniciales no deben pasar de unos pocos minutos: como he dicho en otras ocasiones, todo lo relacionado con los perros debe ser progresivo. Estas situaciones deben ser positivas para tu perro (y para el otro) y si se fuerzan por querer estar un poco más, pueden ser un desastre. Ten en cuenta que esos momentos son estresantes y que ese estrés se acumula provocando que la tensión aumente. No esperes a que esto suceda, da por terminada la visita antes. La próxima vez ya estarán 2 o 3 minutos más.
Con estas pautas, y siempre de forma progresiva, tu perro irá sintiéndose más seguro con la presencia de otro perro en casa. Cuando tolere la visita de uno, practica para que puedan ser más ¡y montar una auténtica fiesta perruna en casa! Bueno, puede que no sea tan buena idea pensando en todo lo que hay que limpiar después, jajaja ;-)
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