Los grandes medios de comunicación están publicando sobre la supuesta «nueva promesa» para el tratamiento de la obesidad, el principio activo tirzepatide. Es un fármaco de Eli Lilly que se investigaba como terapia frente a la diabetes tipo 2 pero que ahora está promocionándose también para combatir el sobrepeso.
No sabemos en qué quedará la cosa pues como casi siempre se hace, primero se comunican los avances de resultados positivos en ensayos clínicos y luego se verá si el tratamiento se aprueba; el marketing queda realizado por si es así.
Los resultados de esos análisis destinados a demostrar su eficacia y seguridad, publicados en The New England Journal of Medicine, se han obtenido con un ensayo en fase III, la última fase del proceso de autorización de fámacos antes de su «prueba masiva» con la comercialzaición, la llamada fase IV.
Comparan estos datos con los que pudieran alcanzarse con cirugía de bypass gástrico.
El 94,5% de los pacientes, cuando comenzó el ensayo, tenían un IMC de 30, con un peso medio de 104,8 kg y un IMC de media de 38.
Los investigadores comprobaron que el el 57% de los participantes de los grupos de 10 y 15 mg habían alcanzado una reducción de peso de 19,5% y 20,9 respectivamente, un porcentaje que se redujo al 3% entre quienes formaban parte del grupo placebo.
En el caso del tratamiento con la dosis de 5 mg, la pérdida de peso media entre el grupo fue del 15%.
¿Y posibles daños? Porque todo medicamento conlleva daños y más si es nuevo y está en fase de pruebas. Coincide también que en estos casos de marketing revestido de ciencia, suelen contarnos que, o casualidad, no se encontraron en esas pruebas efectos secundarios preocupantes asociados a la medicación, apenas diarrea, nauseas o síntomas gastrointestinales.
La tirzepatida es un fármaco que se investiga para la diabetes tipo 2 porque logra reducir la hemoglobina glicada hasta niveles similares a los de personas sin diabetes.
Los resultados de varios ensayos fase III de tirzepatida muestran también una pérdida de peso significativa, lo que contribuye a un desarrollo metabólico más adecuado.
Por eso, Eli Lilly ha abierto esta nueva línea de investigación sobre la obesidad, si valiese para la diabetes y se demuestra que reduce el peso de la persona ¿por qué no hacer campaña para abrir el nuevo mercado de los pacientes con sobrepeso?
Es marketing enfocado a los accionistas, a los que noticias de una fármaco prometedor y que puede dar mucho dinero siempre les parecen atractivas.
Según la Encuesta Europea de Salud en España del año 2020, un 16,5% de hombres de 18 y más años y un 15,5% de mujeres padecen obesidad.
Desde hace unos años se están prescribiendo para pérdida de peso en obesidad con enfermedades asociadas, una serie de fármacos indicados en diabetes tipo 2, por lo que Eli Lilly pretende aprovechar ese mercado abierto también.
No es así de fácil. El Bristih Medical Journal (BMJ) advirtió hace tiempo que desde 1950, 25 medicamentos contra la obesidad han sido retirados del mercado en todo el mundo, en gran parte como resultado de efectos adversos.
Alimentarse de manera sana y hacer ejercicio regularmente son los métodos más efectivos para bajar de peso. Pero exigen constancia y hay personas que son presa de las «soluciones fáciles», las pastillas e inyecciones medicamentosas. Hay algunas de ellas que pueden poner en riesgo la salud por sus efectos secundarios (si los habéis padecido podéis consultarme). Atentos a esto.
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