'Pido a los españoles que entiendan que las cosas no son fáciles'.Lo ha dicho Rajoy, Mariano para los más íntimos, y lo ha dicho convencido de que ese es justo el mensaje que los españoles esperamos oír. O sea, un mensaje que nos aporte esperanza, confianza, fe, y alguna virtud más de esas que predican los obispos.
Lo que pasa es que eso de que 'las cosas no son fáciles' tiene múltiples matices e interpretaciones, según del color del cristal con que se mire, que decía Campoamor.
Evidentemente no son fáciles para las clases medias y bajas que basan su inestable existencia en algo tan "vulgar" como un trabajo fijo con su correspondiente y decente sueldo. Sin embargo, sí son fáciles para la élite política, que no ve peligrar su sueldo, ni su pensión, ni su futuro, a menos que una revolución social los manda a todos definitivamente al limbo, que por cierto ya es su residencia habitual.
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