Revista Cultura y Ocio

Que nadie duerma

Publicado el 22 febrero 2018 por Aurisecular

QUE NADIE DUERMA

La incoherencia se convirtió en obsesión a los 10 años, cuando en su fiesta de cumpleaños vio realizar a su madre un acto incomprensible antes de ser atacada por un pájaro, y antes de verla morir un año después en su cama, lugar del que no se levantó desde que volvió, tras el accidente, de un internamiento psiquiátrico.

tiene todos los ingredientes que los lectores de Millás conocemos, pero es normal, es el sello del autor; sin embargo en esta ocasión, puede que por las premoniciones que he encontrado,

QUE NADIE DUERMA
Que nadie duerma "Algo va a suceder", puede que porque no me gustan en general los pájaros, la tensión se palpa desde la primera página. La estructura de la novela tiene mucho que ver en ello ya que, Lucía, una vez que quiebra su empresa por la mala gestión del jefe, debe buscarse otro trabajo. Decide ser taxista al tiempo que se enamora de un vecino al que apenas conoce, sólo lo ha visto una vez, pero ha encontrado en él algo que la conecta, la ha hecho amar la ópera y tiene, como ella, fisonomía de pájaro. Otra constante en Millás, la conexión entre los personajes.

Así pues, Lucía se va transformando día a día en la protagonista de la ópera Turandot y al mismo tiempo comienza a pensar y moverse, a sentirse pájaro aunque se vea mujer. El desdoblamiento de personalidad también es fácil distinguirlo en las novelas del autor. Pero este desdoblamiento va más allá pues en esta ocasión también ocupa el espacio, de forma que la realidad y la ficción quedan en un mismo plano por lo que ni siquiera el lector ve como rasgo delirante de la protagonista, sino como algo normal, el circular por Madrid sin ningún problema llevando como guía un mapa de Tokio.

nada más verla a usted he pensado que podríamos ser hermanas. Por la nariz, ¿no lo ve? La mía es la de mi madre

-La mía no. La mía es de mi padre y más de una vez he pensado en operármela

-¿Qué dice? Si las narices aguileñas son magníficas

QUE NADIE DUERMA

La verdadera metamorfosis de Lucía se produce en ese momento y en su transformación lo hace también el entorno; ya no queda nada en esta sociedad que le guste, que la ate, por lo que es capaz de trascender a su otra realidad, aquella en la que, al menos por unos instantes, puede convertirse en un reducto de felicidad.

En el caso de Lucía, el desorden forma parte de lo cotidiano, sus órganos cobran vida y realizan acciones propias "tenía en los labios una expresión que componían ellos mismos, a veces, por su cuenta [...] entre la calma y la ansiedad"; sin embargo en otras ocasiones se cosifican "Su corazón se detuvo unos instantes, pues, y en seguida volvió a reiniciarse, como esos colapsos inexplicables que sufrían a veces los ordenadores...".

Del mismo modo, el nombre es un importante distintivo de la realidad desdoblada del mundo en el que se desarrolla Lucía, si a veces se llama Turandot, su enamorado, Braulio Botas, es Calaf, como su pájaro actual, como el protagonista de la obra de Puccini y como su primer pájaro. Por el contrario, están los innominados, aquellos que no merecen existir, en Que nadie duerma, se trata del exjefe de las oficinas de Lucía "las sombras de los indigentes inclinándose sobre el cuerpo del cabrón como animales hambrientos sobre un pedazo de carroña".

Y aquí reside la genialidad de nuestro autor; al final, todos aquellos en los que Lucía detectaba algo en común, todos aquellos que emanaban de su contacto un rechazo, todos aquellos que parecían buenas personas y todos los que no lo eran, se unen para ayudar a que la protagonista pueda llevar a cabo su metamorfosis; de hecho, como persona se va deteriorando, sin embargo sus cualidades de pájaro aumentan, como la fuerza, la facilidad para adaptarse a cualquier cambio en el ambiente, la ligereza de su esqueleto y la forma de alimentarse.

Millás consigue, como nunca, un desenlace espectacular.


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