La Tierra ha pasado por lo menos catorce veces por inversiones de sus polos magnéticos, con una media de al menos cuatro cambios cada millón de años, es decir un cambio cada 250.000 años. El último, sin embargo, fue hace 790.000 años. Todo esto nos sugiere que ya deberíamos estar en el proceso de un nuevo cambio. Muestra de ello se refleja en la intensidad del campo magnético la cual ha estado decayendo durante los últimos 2.000 años y "lo ha hecho muy significativamente" durante las dos últimas décadas. Estudios recientes muestran que la disminución de su fuerza llega a un 10 por ciento en los últimos 150 años.
Nuestro planeta alterna su polaridad cada vez que completa un ciclo de 26.920 años de órbita solar, unas veces los polos magnéticos de la Tierra están alineados como nosotros los conocemos ahora, y en otras, están invertidos. Esto tiene que ver con la dirección en la que rota la Tierra alrededor de su eje. Por otro lado, la velocidad de rotación es variable y, según ésta cambie, los campos magnéticos se manifiestan con mayor o menor intensidad. A más velocidad de rotación corresponde un campo magnético más fuerte, y a menor velocidad de giro, un campo magnético más débil.
En el ciclo actual, el punto de máxima intensidad del campo magnético se alcanzó hace 2.000 años, haciendo que en nuestros días la Tierra gire más lentamente, por ello el campo magnético ha venido debilitándose, y lo hace en progresión geométrica. Actualmente nuestros días son más largos, sin embargo sentimos que el tiempo se acorta porque la forma como lo percibimos depende de otro factor que es la afinación de nuestras células con el pulso de la Tierra (o Frecuencia Schumann), la cual ha venido acelerándose.
Declinación del escudo magnético de la Tierra 2010.
Para llegar a estas conclusiones los científicos investigan las capas geológicas donde existen sedimentos correspondientes a las distintas edades del planeta. Lo que antes fue lava, contiene todavía minerales que conservan su alineación magnética original, la cual puede medirse con la tecnología del radio carbono.
Utilizando las ecuaciones de la magnetohidrodinámica, rama de la física que se ocupa de los fluidos conductores y los campos magnéticos, Gary Glatzmaier y su colega Paul Roberts han creado un modelo del interior de la Tierra en un supercomputador. El software que han creado calienta el núcleo interno, removiendo el océano metálico que flota sobre él, y después calculan el campo magnético resultante. Ejecutan el programa simulando el proceso a lo largo de miles de años y observan lo que sucede.
Los resultados reflejan lo que realmente ocurre en la Tierra: el campo magnético crece y decrece, los polos se mueven, y ocasionalmente se alternan. Han aprendido que el cambio es normal y que no debe extrañarnos. La fuente del campo, el núcleo exterior está, de por si, furiosa, arremolinada y turbulenta. "Ahí abajo está el caos", apunta Glatzmaier. Los cambios que detectamos en la superficie del planeta son un signo de ese caos interior.
Intensidad geomagnética en los polos.
Han aprendido también lo que sucede durante una inversión en la polaridad magnética. La inversión tarda unos pocos miles de años en completarse y durante ese tiempo el campo magnético no desaparece. "En realidad es más complicado", dice Glatzmaier. Las líneas de fuerza magnética en las proximidades de la superficie terrestre se enroscan y se enmarañan y los polos magnéticos aparecen inesperadamente en lugares poco acostumbrados. El polo sur magnético podría emerger en África, por ejemplo, o el polo norte magnético podría surgir en Tahití. Extraño. Pero aún así, sigue siendo un campo magnético planetario, y sigue protegiéndonos de la radiación espacial y de las tormentas solares. Hay que advertir que este cambio se da sólo a niveles electromagnéticos y que no se trata de que la Tierra vaya a dar físicamente un giro de 180 grados.
Según el modelo informático, la inversión polar de la Tierra y el Sol pueden causar los siguientes problemas serios aparte del mal funcionamiento electrónico, pérdida del sentido de la dirección en la migración de los pájaros, etc.:
- Se debilitará substancialmente el sistema inmunitario de todos los animales, incluyendo a los seres humanos.
- La corteza terrestre experimentará un aumento de los volcanes, movimientos tectónicos, terremotos y deslizamientos de tierra.
- Se debilitará la magnetósfera de la Tierra y aumentará muchas veces la radiación cósmica del Sol haciendo inevitables los peligros por radiación tales como el cáncer y otras enfermedades.
- Grandes asteroides serán atraídos hacia la Tierra.
- El campo gravitatorio de la Tierra experimentará un cambio.
Fuente: PSC
Dirección y movimiento del magnetismo en la corteza terrestre.
Quantum opina:
Desde hace mucho tiempo los científicos saben que el polo magnético se mueve. Pero eso son los científicos, ahora bien, y como nos daremos cuenta nosotros mismos del cambio? según nos informa Brad Clement, de la Universidad Internacional de la Florida, es simple. Aquellas personas a las que les toque la próxima transición de polaridad (que varios científicos creen que se encuentra en curso) verán el cambio en las brújulas y deberán acostumbrarse a que éstas se comporten de distintas maneras en distintos sitios. Tal es el caso que ocurre con las agujas de las brújulas en África, por ejemplo, las cuales oscilan casi un grado por década.
Es cierto que estos cambios son moderados si los comparamos con los acaecidos durante el pasado en el campo magnético terrestre, pero no hay dudas de que lo son y es lo que cuenta.