De nuevo Jack Lemmon se reúne con el gran Billy Wilder para protagonizar una comedia y de nuevo su personaje representa al americano medio, aunque esta vez sea con matices. Wendell Armbruster pertenece a lo que sería equivalente a la nobleza en Europa: es el heredero de una multinacional que viaja a Italia a recoger los restos de su difunto progenitor. Wendell es ante todo un hombre práctico, quiere terminar cuanto antes con los enojosos trámites y volver a su existencia programada y práctica. Pero se va a encontrar con el impactante secreto de su padre y además va a conocer a la hija de la amante del mismo. Sus certezas empiezan a resquebrajarse y en pocos días se convierte en un hombre nuevo. Aunque la película de Wilder no fue muy bien valorada en su momento, quizá por no renunciar a una narrativa clásica a la hora de afrontar el tema un tanto tópico del contraste Estados Unidos-Europa, y fue un fracaso de taquilla, el tiempo ha puesto en su lugar a esta obra, considerándose solo levemente por debajo de obras señeras del director como El apartamento o Irma la dulce. Si algo tiene de innovador Avanti! es el destape de sus protagonistas, lo que enfatiza el aire de liberación frente al conservadurismo impuesto a Wendell que destila la cinta. Uno de los últimos clásicos de Wilder, muy a reivindicar.
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