La antigüedad del caracol en la dieta humana se remonta a la Edad del Bronce, al menos así se demuestra a través de los yacimientos arqueológicos. Actualmente es un alimento que forma parte de la cocina mediterránea y especialmente de la cocina española y francesa considerándose como un exclusivo manjar, aunque también es consumido en otros países del mundo.
Claro, que no todas las culturas tienen la misma percepción de los caracoles, algunos países no quieren ni oír hablar de ellos como alimento, con esto queremos decir que la implicación cultural tiene mucho que ver a la hora de aceptar un alimento. Hablando de la infancia, a través del vídeo podemos ver un test realizado por Kids vs Food para saber qué opinan los niños de los caracoles como alimento, hay que tener en cuenta que es la primera vez que los van a probar y se puede esperar de todo.
Parece que el aspecto de los caracoles no agrada a los niños, y esto es un condicionante para que sea más o menos aceptado un alimento, por lo que ya se empieza a deducir que los caracoles no van a gustar. Podemos ver que los niños tienen todo tipo de reacciones, sorpresa, repugnancia, curiosidad por saber quée es, etc. Al final todos adivinan de qué alimento se trata. El manjar se acompaña con una salsa pesto, algunos niños la identifican, otros creen que es guacamole y otros simplemente no saben qué es.
El olor parece que no acompaña, algunos niños opinan que huele mal y que posiblemente no les va a gustar, de hecho, algunos aseguran que no piensan probar los caracoles en salsa verde. Parece que la opinión es prácticamente unánime, aunque a medida que avanza el vídeo del test vemos que algunos niños aseguran que no están tan malos como esperaban.
Al final del test se dice a los niños qué es lo que estaban probando, aunque se lo habían imaginado por la apariencia, todavía no les habían confirmado que se trataba de caracoles. Algunos niños no comprenden como las personas pueden comer caracoles, otros preferirían que no les hubieran dicho de qué se trataba, a otros (los menos) les han gustado. Les explican que mil millones de personas en el mundo comen caracoles y les preguntan qué opinan de ello, unos se sorprenden, otros no se lo creen y otros no comprenden por qué comer caracoles si hay mejores alimentos.
Al final el resultado es el siguiente, dos niños recomendarían probar los caracoles, siete no lo harían y no quieren oír hablar de ellos como alimento. Los resultados no han sido tan favorables como en el caso de la prueba de comida gourmet o la cata de helados gourmet de la que os hablábamos hace unos meses.
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Qué opinan los niños de los caracoles como alimento