En el cine tienen por costumbre martirizarnos con los finales abiertos, aunque, en realidad, ni siquiera necesitamos un final ambiguo para torturarnos mentalmente. Preguntas obvias como: "¿La peonza deja de girar? ¿SÍ, NO? ¿¿O NO??" , "¿Ha oído Jake Gyllenhaal el silbato o se piensa largar así sin más?" y otras más existenciales del tipo: " ¿Pero cómo van a encontrar un profesor mejor que Mr Keating?"
Por suerte, una parte esencial de algunas películas es aquella sección durante los créditos finales donde nos cuentan qué pasa con los personajes cuando termina la historia. Porque vale, puede que deseemos creer que "fulanito y menganita vivieron felices para siempre", pero necesitamos confirmar nuestras sospechas.
Por suerte, los mensajes finales son casi siempre positivos, así que no hay razón para preocuparnos:
"Marty se graduó con honores en la Universidad de Kensington y fue elegido senador del gran estado de Missisippi. Ahora vive en Lisbon Falls con su mujer Doris y sus tres hijos. A los cinco les encanta salir a pescar los domingos y celebrar barbacoas en el jardín".Suspiramos aliviados. Menos mal.
A veces, sin embargo, nos dan a entender que, pese al final aparentemente satisfactorio, la vida puede resultar agridulce.
"Joseph murió un año después de que el juez revocara su pena de cárcel. Dos meses después, su mujer Linda, dio a luz a un precioso bebé al que bautizó como Joey, en honor a su difunto padre. Ahora vive en Dakota del Sur y trabaja en una organización solidaria, ayudando a otros presos necesitados".
Bueno, no está mal. Joe murió, pero su mujer se ha encargado de que el legado continúe. Poético.
Y, finalmente, lo que nunca vamos a encontrar en los créditos de una película:
"Tras ganar el caso y cosechar un gran éxito en el bufete, Will se dio a la bebida y coqueteó con las drogas. A pesar de haberle prometido amor eterno, Mary decidió que podía encontrar a alguien mejor que él. Ahora Will regenta un motel de mala muerte en México y dedica su tiempo libre a torturarse rememorando sus tiempos como el mejor abogado defensor de Memphis. Está pensando en acabar con su vida".
Y por eso nos gustan tanto, ¿no? Porque no merecemos sufrir de esta manera.