¿Tienes un porcentaje fijo de tus ingresos que donas regularmente, o prefieres donar un valor fijo cada mes? ¿Tienes una causa concreta a la que te dedicas, o cambias de destinatario dependiendo de las necesidades del momento? O quizás prefieres donar en fechas importantes para ti para compartir tu felicidad (por Navidad, por tu cumpleaños, por el aniversario de bodas) con otras personas que no tienen tanta suerte cómo tu. En todo caso, te quedarás con la pregunta:
Existen muchos tipos de donaciones. Si participas en el Proyecto 333, seguro que has donado ropa al limpiar tu armario a fondo. Si te has aventurado en aplicar algunas prácticas minimalistas, entonces habrás entregado algunos libros a la biblioteca o llevado objetos superfluos a alguna organización benéfica. Sin embargo me refiero a otro tipo de donación: el apoyo regular a una organización o causa para apoyar un cambio a largo plazo. Ya sea con dinero o contribuyendo con tu tiempo y tus habilidades
¿A quién quieres ayudar: a ti o a los otros?
Seremos sinceros: al dejar mi ropa usada en el contenedor de roba amiga, yo me beneficio como mínimo tanto como ellos. Me están quitando un peso encima y además me puedo sentir bien por ello. Cuando la biblioteca acepta mis libros, no solo estoy dando un servicio a la comunidad, también la biblioteca está ayudándome a deshacerme de las cosas que ya no necesito. Y aunque me gusta pensar que otra persona leerá mis libros, es posible que se queden durante meses atrapados en una estantería ( aunque ya no en mi casa).
Este tipo de donaciones ayuda tanto a mi como a otras personas. Eso no significa que no tenga mérito, pero sí significa que desde mi punto de vista no se deban calificar como donación en el sentido estricto de la palabra.
Una donación para mi es la ayuda desinteresada a una persona / una sociedad que no tiene las mismas oportunidades que yo. Y para que esta ayuda perdure en el tiempo, lo mejor es que sea un acto periódico. Ahora, ¿cuánto deberías invertir en la mejora del mundo?
Donaciones de valores fijos
Las donaciones de un valor determinado con una frecuencia predeterminada ayudan a las organizaciones receptoras a planificar sus actividades con más seguridad y a asegurarse de que pueden donar el mismo servicio continuado a las personas o sociedades a las que apoyan. Si decides optar por apadrinar un niño, o pasar 2 horas a la semana con una persona mayor, en los dos casos es un valor fijo con el cuál podrás contar tu, y la organización que lo recibe.
Donaciones de un porcentaje
Especialmente si tienes ingresos muy variables, quizás lo más fácil es decidirse por una donación porcentual cada mes. Independientemente de si te decides por 2%, 5%, 10% cada mes, el valor se ajustará automáticamente a tu poder adquisitivo y cuando tengas más puedes donar más. La desventaja para la organización en cuestión es que no pueden contar con un valor fijo cada mes. Pero por otro lado, la organización te apoyará en lo posible para que puedas aumentar tus ingresos. Por ello, muchas empresas optan por esta opción (aunque suelen quedarse en un 0,2% a 0,5%).
Donación por encima de un valor fijo
El tercer tipo de donaciones es la donación de todo por encima de un cierto valor. Toby Ord es un buen ejemplo para este tipo de objetivo. Ha definido para si mismo un máximo y todo lo que recibe más allá de este valor lo invierte en proyectos sociales. Aquí también, los ingresos para la organización receptora son más bien variables, aunque a lo largo de la vida, al igual que en las donaciones porcentuales, el valor total suele ser más elevado que en el caso de las donaciones fijas.
Para muchos minimalistas, la última opción suele ser la más interesante. La idea de primero decidir una meta es muy afín con el pensamiento minimalista, y reinvertir el resto en alguna causa benéfica es de pura lógica. Personalmente no quiero esperar hasta que haya llegado a mi meta de ingresos, por ello lo combino con la donación en porcentajes.
Y tú, ¿a quién apoyas y de qué forma?
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Imágen: Toban Black / flickr