¿Qué quiere la vida de mí?

Las dudas aparecen de caída y sin notarlo vuelo con ellas. Abrazo el veneno de mi garganta y lloro preguntándome ¿qué quiere la vida de mi? Quizá, solo como probabilidad no hay nada que decir a excepción de Existir ¿me arranco el corazón del pecho y finjo que mi mar no tiene tormenta?

La espera siempre me abraza, la conozco desde lo profundo porque ahí duerme. Quiero huir, olvidar y razonar, no caigo, no tengo alas, permanezco inerte en la vivencia ¿qué es este olvido, qué es este No Soy, qué es esta represión si quiero explotar?, ¿cuántas dosis de vida necesito para morir en verdad?, ¿he vivido alguna vez?, ¿reconozco la vida?, ¿si la tuviese de frente sabría qué aspecto tiene y cómo es su sentir?, ¿qué me diría y qué le respondería?

¿Hay origen de lo que soy? ¡Cuanta ilusión! Maldita esperanza que te hace quitar el cerrojo de la crudeza ¡habrá que despertar! Descansar el corazón.

¿Cuánto he perdido y sentido en el desierto, en la nada? No puedo concluir, todo parece ser vertiginoso: en su finalidad más diabólica y enferma se que la poesía me sanará. Todo tendrá razón de ser, no será destino, conocimiento ni intuición, será lo que la madrugada espera de mí y lo más amargo de Clarice Lispector recorrerá mi alma que llora y golpea, cada cosa tomará forma, bailaré y moriré ¡esta vez no pienso resucitar!, ¡ya no importa más!, ¡ironías!, ¡vida!, ¿qué es Vida? No me asusta, me hiere. En duda, en caída como cada inicio sin fin lo infinito de Existir me quita la respiración, la duda y el pensamiento ¿estoy aquí para escribir, soñar, amar, dudar, odiar(me), envenenar(me), dormirme, embriagarme, leerme, masturbarme, querer(me), o hacerme desear más de todo aquello? ¡¿Y si no qué más sería?!