Vivir el presente es el consejo que se ofrece cuando alguien dice que está agobiado por algo que va a ocurrir. Nos pasamos el consejo de unos a otros con el deseo de que alguien se beneficie de él. Tiene una finalidad genial, si bien hacerlo realidad no es tarea fácil. Vivir en el pasado o vivir en el futuro es algo muy frecuente en nuestra sociedad. El que aprende de sus errores y se adelanta a los que puede cometer, suele tener más éxito que el que se centra más en el momento y no va más allá.Para algunos vivir el presente es sinónimo de vagancia, falta de esfuerzo o dejadez, aunque en realidad no es para nada así. Vivir el presente suele asociarse a mayor capacidad para ser feliz. Lo que ocurre es que saber vivir el presente conlleva ser capaz de asumir menos control sobre el futuro del que nos suele gustar en la vida. Vivir el presente es ver peligros, valorar nuestra capacidad para resolverlos, y actuar en función de nuestra capacidad para cambiar algo. A menudo podemos y lo resolvemos y otras veces no podemos, pero nos empeñamos en que las cosas sean de otra manera (no hacemos renuncias)
A menudo podemos y resolvemos y otras veces no podemos, pero nos empeñamos en que las cosas sean de otra manera (no hacemos renuncias).
Dos razones que nos hacen vivir el presente.
Existen dos razones principales por las cuales las personas nos centramos en el presente:1.- Por no querer pensar en lo que viene y/o lo que pasó. Este es el caso de las personas que tienden a posponer lo que les agobia. Esta no es la mejor razón para vivir el presente. En realidad está muy relacionado con huir del malestar y muy poco con vivir verdaderamente el presente. De fondo lo que está en la cabeza es lo que vendrá más adelante, aunque parezca que la persona solo está centrada en lo que hay ahora y poco más, lo que pasó o lo que vendrá después es lo que agobia especialmente.La palabra que mejor describe esta opción esprocrastinación. He hablado mucho de ella en este sitio web y por ello invito a nuestros lectores a leer más sobre ella. Con frecuencia el hecho de procrastinar está detrás de algunos malestares.2.- Por querer disfrutar del momento (¡Esta es la buena!).Los niños disfrutan mucho de lo que hacen porque no suelen estar centrados en lo que acabará ocurriendo más tarde. Si están jugando con un coche de juguete es todo cuanto les interesa. Con los años y el desarrollo cognitivo cada vez nos volvemos más capaces de adelantarnos y de resolver lo que pueda hacer falta antes de que ocurra. Las personas que se “vuelven especialmente buenas” en este aspecto tienden a vivir mucho en el futuro y por tanto pueden disfrutar menos de lo que hacen en el presente. A menudo se convierten en espectadoras y no en protagonistas de su propia vida.
Para disfrutar del momento es necesario que la persona aprenda a posponer alguna búsquedas de soluciones a problemas que están por venir, y también que sepa pensar en lo que ocurrió y no le gustó (pero sólo el tiempo adecuado para no enquistarse en el pasado).Las personas que se adelantan a lo que vendrá, a menudo se convierten en espectadoras y no en protagonistas de su propia vida.
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