A muchos nos ha pasado: te encuentras visitando a un amigo, paseando o conversando cuando de repente te invade la sensación de que ya viviste ese momento antes. El sentimiento se hace más intenso antes de desaparecer por completo. Es allí cuando te das cuenta de que estás experimentando un déjà vu.
El vocablo déjà vu viene del francés y significa “ya visto”. Se reporta que le ocurre a entre el 60 y 70% de las personas y que generalmente se da en sujetos de entre 15 y 25 años.
El hecho de que la sensación sea tan repentina y rápida y de que suceda en sujetos sin una condición médica, hace que sea muy difícil de estudiar y que, por ende, sepamos muy poco del asunto.
Lo que sabemos con certeza sobre los déjà vu es muy limitado
Hay varias teorías, por el lado de las neurociencias, que intentan dar una explicación a dicho fenómeno, entre ellas encontramos a las siguientes:
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Algunos investigadores especulan que los déjà vu ocurren cuando hay un descalce en el cerebro durante sus constantes intentos de crear concepciones integrales de nuestro mundo con muy limitadas entradas. Piensa en tu memoria: solo toma pequeños pedazos de información sensorial (un olor familiar por ejemplo) para traer al presente un recuerdo muy detallado. Se sugiere que los déjà vu son una clase de “mezcla” entre entradas sensoriales y salidas de memorias recolectadas. Esta vaga teoría, sin embargo, no explica por qué el episodio que experimentamos no necesariamente es de un evento pasado verdadero.
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Otra teoría, diferente pero relacionada a la anterior, declara que el déjà vu se debe a un mal funcionamiento fugaz entre los circuitos de largo y corto plazo de la memoria en el cerebro. Los investigadores postulan que la información que tomamos del entorno podría “filtrarse” e incorrectamente tomar un atajo de la memoria a corto plazo a la de largo plazo, sin pasar por los mecanismos típicos de transferencia y almacenamiento. Así podemos estar experimentando un momento nuevo (que actualmente se encuentra en nuestra memoria a corto plazo) y sentir como si estuviéramos recurriendo a alguna memoria de nuestro pasado lejano.
- Una hipótesis similar sugiere que los déjà vu son un error en el tiempo: mientras percibimos un momento, la información sensorial puede simultáneamente estar cambiando de ruta y yendo hacia el almacenamiento a largo plazo, causando un retraso y, tal vez, el inquietante sentimiento de que hemos experimentado ese momento antes.
Somos completamente conscientes de que están ocurriendo
Sin embargo, solo son teorías, y lo que sabemos con certeza sobre los es muy limitado:
1. Todos tienen una característica en común: somos completamente conscientes de que están ocurriendo, implicando que la participación del cerebro entero no es necesaria para producir este fenómeno.
2. A través de los años, los investigadores han identificado alteraciones del lóbulo temporal medio como culpables de los déjà vu. Estudios en pacientes epilépticos, investigados por medio de electrodos intracerebrales, demuestran que la estimulación de la corteza rinal (tales como las cortezas entorrinal y perirrinal, estructuras involucradas en la memoria episódica y el procesamiento sensorial) pueden inducir un déjà vu.
3. Un estudio publicado en el Journal Clinical Neurophysiology analizó los patrones de señales del EEG de la corteza rinal, el hipocampo (involucrado en la formación de las memorias) y la amígdala (involucrada en la emoción) en pacientes epilépticos en los cuales se pudo inducir un déjà vu mediante estimulación eléctrica. Los investigadores franceses encontraron que el disparo neuronal sincronizado entre la corteza rinal y el hipocampo o la amígdala se incrementaban en las estimulaciones que inducían el déjà vu. Esto sugiere que alguna clase de ocurrencia coincidente en las estructuras del lóbulo temporal medio puede “disparar” la activación del sistema de recolección.
Muchos experimentamos este fenómeno pero no se sabe a cierta ciencia cómo sucede, ya que es un desafío para la ciencia encontrar la forma de estudiar este fenómeno.
Fuente: Psychology Today
Imagen: iNkMan_ (Flickr)
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Artículo previoLa pobreza podría afectar al desarrollo cerebral de los niñosAlejandra AlonsoSoy Licenciada en Psicología, editora y miembro fundador de Psyciencia.com. Me interesa la psicología infantil, el psicodiagnóstico y las neurociencias.