¡Que sí, es la verdad! (al 1%, consulte condiciones)

¡Que sí, es la verdad! (al 1%, consulte condiciones)

10 de julio de 2015

¿Qué parte de la gente iracunda -vena hinchada y pensamiento avieso- es buena persona? ¿Podrías considerar que son 15% amabilidad, 35% furia contenida y 50% energúmenos profesionales? Siempre habrá quien considere, en base al 15%, que en el fondo son "buenas personas".

En los porcentajes está el juego. Vas a encontrártelos, mayormente, en la letra pequeña de los productos. Te lo dejan caer de soslayo, con disimulo, como un gas furtivo tras una copiosa comida. Por el contrario, la ínfima cantidad reflejada en los ingredientes se anuncia a bombo y futura bold, subrayada, en negrita y relieve 3D para captar tu atención: "CONTIENE LECHE","FABRICADO CON ACEITE DE OLIVA", "SÓLO ACEITE VEGETAL"... Puede que lleve leche, poca y en polvo. O la mínima gota de aceite de oliva de los gazpachos prefabricados... o (y esto es flagrante) que el aceite vegetal sea de palma, con más colesterol que los de origen animal, y el añadido de ser responsable en la tala de bosques tropicales.

El último grito en estafas porcentuales es la stevia. Como bien conocen los diabéticos, esta maravillosa planta tiene un inmenso poder endulzante, sin los efectos perjudiciales de los edulcorantes artificiales. El rumor de sus propiedades ha llegado a las grandes multinacionales y -por supuesto- han decidido sacar tajada.

Amparándose en una relajada administración que permite mentiras diluidas, del tipo "no te miento, digo la verdad al 1%" seguimos encontrando productos que venden las propiedades de la stevia, cuando apenas asoma en la composición. El gran impulsor de esta planta en la penísula, Josep Pámies lo explica así en su blog:

"Es una vergüenza y un abuso de poder por parte de las grandes industrias alimentarias (Coca Cola- Azucarera Española, Carrefour, Hacendado, etc.), a la cuales se les permite vender fraudulentamente edulcorantes de stevia , cuando de stevia llevan solo un 1% y el 99% restante es Eritritol, edulcorante proveniente además de la fermentación de maíces transgénicos y de dudosa reputación por su modificación genética.(...)

Es una vergüenza que nuestras corruptas autoridades sanitarias, permitan sin rechistar estos fraudes al consumidor por parte de estas empresas sin alma y en cambio a cualquier pequeña empresa que pretenda introducir la Stevia orgánica con todas sus propiedades medicinales en sus preparados artesanales, se les persiga como delincuentes.".

Su artículo no tiene desperdicio; refleja cómo el bien común se ha transformado en el beneficio de unos pocos. Sería para salir a la calle, para manifestarse, y reivindicar el derecho a la información veraz; derecho a la vida sana... pero no queremos ser multados de por vida, ¿verdad, ley mordaza?