Desde que el pasado mes de noviembre el Dr. Pablo Campra Madrid, , profesor titular de la Universidad de Almería, publicase un completo y extenso estudio titulado: Detección de Grafeno en Vacunas Covid19 por Espectroscopía Micro-Raman, tras el análisis de diferentes viales de las cuatro marcas de vacunas contra la COVID (Pfizer, Moderna, Janssen y Astra Zeneca), y detectase en las mismas óxido de grafeno, hizo que dicho informe se difundiese por todo el mundo y en este tiempo hemos comprobado que otros grupos de científicos se han interesado y publicado sobre este tema.
Así se tiene información de la existencia de una patente china de 2020 para vacunas, usando oxido de grafeno como adyuvante, y de que el Dr. Robert Young * afirma en su trabajo de estudio de muestras de vacunas de COVID con microscopia electrónica que encuentra óxido de grafeno en las mismas, llegando a afirmar que lo que se está inoculando no son sino medicamentos nanotecnológicos que contienen óxido de grafeno y otras sustancias tóxicas como el polietilen-glicol. Pero la gente que haya tenido acceso a la publicación, o conocido algo relacionado con la misma, se preguntará qué es eso del óxido de grafeno, y qué importancia tiene que las vacunas lo lleven o no.
La presencia de estos elementos en cualquier vacuna representaría una violación del obligado cumplimiento por parte de los fabricantes y/o importadores de lo establecido por el Capítulo IV del Real Decreto 824/2010, de 25 de junio, por el que se regulan los laboratorios farmacéuticos y los fabricantes de principios activos, así como las normas de correcta fabricación.
Supondría además una vulneración de los derechos humanos al ocultar la composición real de la vacuna, y supondría el no cumplimiento de lo establecido por la farmacopea europea en lo relativo a la presencia de partículas en preparaciones parenterales. Por ello el gobierno japonés retiró hace una semana un lote de 1.800.000 vacunas de Moderna por encontrar partículas en suspensión en los viales, como corresponde a un país con la mínima vigilancia de la salud pública de su población.
Seguramente conocedor de este tema, el coronel D. Carlos Martínez-Vara de Rey Novales, en una carta dirigida a la ministra de defensa Margarita Robles, le solicitó que se detuviese cautelarmente la vacunación Covid19 en las Fuerzas Armadas y en la población, en tanto en cuanto se disipen las dudas sobre la presencia en ellas de óxido de grafeno reducido y otras posibles partículas y elementos potencialmente tóxicos para la salud, y le solicitó análisis específicos por parte del Servicio de Farmacología de las fuerzas armadas, que puede realizar los análisis pertinentes de los viales de las vacunas o supervisar al laboratorio que se subcontrate para llevar a cabo la comprobación de la ausencia de cualquier toxicidad que pudiera afectar a la calidad y seguridad de las vacunas.
Pero como respuesta a la carta del coronel D. Carlos Martínez-Vara del Rey Novales, la ministra le ha cesado de su puesto, y que yo sepa hasta la fecha el gobierno ha hecho caso omiso a esa advertencia y no ha tomado ninguna medida para conocer si los informes que denuncian la presencia de sustancias no autorizadas en las vacunas es real, dando la impresión que por alguna razón, las autoridades españolas no quieren que se investigue si las afirmaciones y los estudios realizados por diferentes científicos del mundo son reales o no.
¿Pero qué importancia tiene que las vacunas contra el Covid lleven óxido de grafeno?
Desde el año 2010 hasta la actualidad se han estudiado múltiples aplicaciones del óxido de grafeno en medicina. La revisión más reciente realizada en la Universidad de Huan en China, estudia las aplicaciones del óxido de grafeno como nano-portador de medicamentos, de tal forma que se ha probado en medicamentos contra el cáncer, antibióticos, anticuerpos, péptidos, ADN, ARN y genes. El grafeno proporciona una eficiencia de carga de fármaco dada la estructura plana bidimensional, su amplia área de superficie, su constancia química y mecánica, su conductividad y biocompatibilidad, proporcionando marcos de transporte de fármacos avanzados y de una amplia gama de terapias.
Desde 2014 diferentes estudios clínicos comprobaron la toxicidad de los nanotubos de carbono que componen el óxido de grafeno para el ser humano. Así, estudios realizados en centros de investigación de Corea del Sur demuestran que el óxido de grafeno induce la muerte celular apoptótica en las células endoteliales activando la autofagia mediante la fosforilación. Estos estudios proponen estudiar la toxicocinética, la toxicidad y la eficacia de los nanotubos a base de carbono y el grafeno para allanar el camino para las aplicaciones biomédicas y una mejor comprensión de sus aplicaciones potenciales para los humanos, ya que según decenas de estudios científicos publicados puede causar trombos, cáncer, mutaciones en el ADN, infertilidad, lesiones en testículos, ovarios, muerte anafiláctica en estudios en primates, elevación de las citoquinas, mutagénesis y otras muchas patologías.
En una amplia revisión de todo lo publicado sobre toxicidad del grafeno realizada en 2017 por las unidades docentes de medicina del trabajo de Euskadi y Canarias**, llegaron a la conclusión, tras revisar los más de trescientos trabajos publicados, que los estudios sugieren un potencial efecto tóxico a la exposición de diferentes formas de grafeno de manera dosis-dependiente, principal pero no exclusivamente, en la exposición respiratoria. Esto haría necesario llegar a un consenso en niveles límite de exposición y establecer los requisitos a exigir en las medidas de protección individual.
Si finalmente se realizan análisis auspiciados por el propio gobierno español, por voluntad propia o porque lo exija judicialmente alguna institución con capacidad para ello, y se comprueba que se ha estado inyectando estas sustancias prohibidas por su daño potencial, además de que los culpables respondan ante estos delitos, ¿qué pueden hacer los ciudadanos que confiadamente se han dejado inyectar esos nanocompuestos?
Pues hay también estudios científicos que señalan la existencia de algunas sustancias que ayudan a eliminar el óxido de grafeno. Así el ácido húmico es un antídoto natural del grafeno al regular la translocación de nanomateriales y los flujos metabólicos in vivo.
El ácido húmico, derivado del humus, se ha usado durante muchos años en agricultura, ya que se comprobó que el grafeno inhibe significativamente el número de raíces de trigo y la biosíntesis de clorofila, y altera la morfología de los brotes y al añadir ácido húmico, se alivió significativamente esta fitotoxicidad y recuperó la morfología aguda de las puntas de los brotes.
En algunos estudios científicos se ha propuesto tratar con ácido húmico a los pacientes intoxicados con metales pesados y con óxido de grafeno, por tanto, el uso de ácido húmico puede ser una primera arma a usar en los pacientes que quieran deshacerse del óxido de grafeno presente en su cuerpo.
Pero existen más opciones, así los probióticos de las bacterias del ácido láctico, se han propuesto como tratamiento al bloquear la traslocación del grafeno en órganos diana secundarios a través de la barrera intestinal manteniendo la permeabilidad intestinal normal. Además, se previno con el uso de bacterias lácticas el daño del óxido de grafeno en las funciones de los órganos diana primarios y secundarios en estudios realizados en animales de experimentación.
En nuestro país el Dr. José Manuel Olivares, observó que en pacientes psiquiátricos tratados con carbonato de litio y que padecían COVID grave o muy grave la evolución fue mucho mejor que los no tratados con este fármaco, y por tanto este puede ser otro tratamiento a tener en cuenta.
Por último, la N-acetil cisteína, el Zinc, la vitamina E y el glutatión se han mostrado en numerosos estudios clínicos como tratamientos para eliminar del cuerpo metales pesados y óxido de grafeno y hay estudios que vinculan la enzima mieloperoxidasa con la eliminación del grafeno de los pulmones.
Confío que en 2022 queden aclaradas estas serias dudas sobre la composición de las vacunas que han inyectado a millones de españoles, y que si en último caso se demuestra con mayor evidencia aún de la que ya existe, que las llamadas vacunas COVID contienen óxido de grafeno y que en realidad son un medicamento nanotecnológico, existirán responsabilidades criminales por parte de los que han fabricado estas vacunas y por los que no han comprobado lo que contenían.
La buena noticia que quiero manifestar en este artículo a todos aquellos que las hayan recibido, es que existen tratamientos para eliminar el óxido de grafeno del cuerpo y que esta pesadilla puede acabar con bien para aquellos que confiaron en que este tratamiento les iba a proteger del COVID y mejorar su salud.
* La microscopía electrónica de barrido y transmisión revela óxido de grafeno en las vacunas CoV-19
Actualizado: 16 de diciembre de 2021
2021, 5 de febrero, actualizado el 1 de octubre de 2021
Autor : Robert O Young CPC, MSc, DSc, PhD, Naturopathic Practitioner
www.drrobertyoung.com
** Revisión Sistemática sobre la toxicidad derivada de la exposición al grafeno
Systematic Review of Toxicity Derived from Graphene Exposure
Carina Alves da Silva, Daniela Pina, Hanna Hernández, Manel Román
1 Unidad Docente de Medicina del Trabajo Euskadi. España.
2 Unidad Docente de Medicina del Trabajo Canarias. España.
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