Colaborar con las tareas domésticas es una importante parte del aprendizaje de los niños. Sin embargo, a veces nos cuesta darnos cuenta de qué tareas son apropiadas para ellos, lo que lleva a dos extremos: pedirles demasiado o hacer por ellos cosas que podrían resolver los propios niños. En el caso de mi hijo mayor, cada vez va asumiendo más responsabilidades en casa.
A veces me cuesta ver que hay tareas domésticas en la que mis hijos pueden colaborar. No sé si es porque les veo más pequeños de lo que son, porque adquieren de pronto nuevas habilidades que yo hasta entonces desconocía o porque voy con el chip puesto y me pongo a hacer las cosas de forma mecánica sin pensar más que en terminar cuanto antes lo que sea que esté haciendo: tender la ropa, sacar el lavavajillas, preparar unas lentejas o barrer las migas del desayuno.
Sin embargo, creo que es fundamental que nuestros hijos colaboren con las tareas de casa, que desde pequeños asuman responsabilidades en el hogar, que sean conscientes de que la ropa no se lava sola y aparece mágicamente limpia en los armarios o que los vasos y los platos no se van solos a la cocina al terminar la cena.
Creo que, además, ayudar en las tareas de casa es muy positivo para ellos y tiene grandes beneficios, como por ejemplo:
¿Cómo elegir las tareas domésticas adecuadas a los niños?
El problema viene a la hora de decidir en qué tareas pueden colaborar. Los niños no vienen con un manual que diga: "Tu hijo ya es capaz de empezar a hacerse la cama". No queremos pasarnos y pedirles que asuman tareas para las que no están listos, pero tampoco quedarnos cortos y realizar por ellos quehaceres que son perfectamente capaces de hacer ellos mismos. Por eso es necesario tener en cuenta su edad, pero también su nivel de desarrollo y sus propias habilidades para no pedirles tareas que se excedan de sus capacidades.
Nuestros hijos son capaces de hacer muchas más cosas de las que creemos. Este verano mi hijo mayor se empeñó en servirnos el agua de la jarra. Al principio protesté: era una jarra de cristal, llena de agua, que pesaba bastante y no le veía capaz de acertar en el vaso. Bueno, pues me equivoqué. Tal como me explicó, en el comedor se sirven ellos mismos el agua y nos lo demostró sirviendo los vasos de todos.
Por supuesto, hay que tener en cuenta el proceso de aprendizaje. Ningún niño aprende a hacer una tarea a la primera, así que hay que estar preparados para que por el camino se caiga algún plato, vierta parte del agua de la jarra sobre la mesa o que las sábanas no queden demasiado estiradas. Acompañarles en el proceso, alabar sus progresos, ayudarles en aquello que les cuesta más y repetir las tareas una y otra vez hasta que se conviertan en un hábito son algunas de las cosas que hacemos los padres para ayudarles a ir asumiendo sus responsabilidades.
¿Qué tareas domésticas puede realizar mi hijo de 5 años?
Mi hijo mayor ha ido asumiendo distintas tareas dentro de casa, algunas con más gusto que otras, como nos pasa a todos. Suele tener buena disposición, aunque refunfuña a menudo por tener que recoger los juguetes y, si está viendo la tele, cuesta que deje esa actividad para poner la mesa. En cambio, el resto de tareas las realiza con agrado.
Este es el listado de las tareas de hogar que realiza mi hijo mayor:
-
Ayudar a poner y sacar el lavavajillas
-
Ayudar a hacer la compra cogiendo alimentos de los estantes bajos y ponerlos en el carrito
-
Ayudar en la cocina en elaboraciones sencillas, como preparar un sándwich, ayudar a hacer galletas o bizcochos...
Algunos de estos quehaceres forman ya parte de nuestra vida cotidiana, como recoger los juguetes, llevar la ropa sucia o poner y quitar la mesa. Otras tareas quedan relegadas al fin de semana, cuando hay más tiempo, como hacer la cama o ayudar con el lavavajillas. Lo de la cocina le ha gustado siempre, así que desde bien pequeño me hacía de pinche. Hace poco se preparó él solo un sándwich vegetal (salvo cortar el tomate y abrir la lata de atún, todo lo demás lo hizo él) y creo que es el plato que más rico le ha sabido en mucho tiempo, aunque más que el sándwich en sí, lo que le alimentaba era la satisfacción de haber sido capaz de hacerlo.
Y vuestros hijos, ¿qué tareas realizan en casa? ¿Protestan o las hace de buen grado? Otro día os hablo sobre las tareas del pequeño y como afrontamos sus "escaqueos".
¡Hasta el próximo post!