Vladimir Semenskiy, Desire. 2013
Haz, oh Dios mío, que todo sea un sueño, que mañana, despertándonos a la vida, advirtamos que hasta entonces estábamos perdidos en el abismo, donde todo era pavorosamente deforme; que como los peces en el mar, éramos creaturas encerradas en una prisión líquida que nos agobiaba con pesadillas terribles.
Marsilio Ficino
Theologia Platonica – 1474