La Grand Place de Bruselas
Bruselas es una ciudad con atractivos turísticos muy interesantes debido a su herencia histórica y cultural. La capital belga conserva el aspecto medieval de su casco histórico junto a un rico patrimonio arquitectónico que aglutina diversos estilos clásicos como el renacentista, el gótico o el barroco, junto al "Art Nouveau", del que esta ciudad es referente a nivel mundial.
En su época de esplendor, durante el reinado de Leopoldo II en el S. XIX, Bélgica fue una de las naciones más prósperas de Europa. De ese esplendor pasado Bruselas heredó un legado en forma de grandes avenidas, bulevares, parques y majestuosos edificios, algunos de los cuales fueron los más espectaculares que se construyeron en toda Europa en su momento.
En cualquier visita a Bruselas es esencial visitar la Grand Place, con sus edificios gremiales y su espectacular ayuntamiento que hacen de ella una de las plazas más bonitas de toda Europa. Sus alrededores conforman el casco antiguo de Bruselas. Paseando por sus calles se puede visitar el Manneken Pis, una pequeña estatua que simboliza a un niño haciendo pipí y que se ha convertido en uno de los símbolos de Bruselas, las elegantes Galerías St. Hubert, probablemente las primeras galerías comerciales cubiertas de Europa, y la Catedral de Bruselas, la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula.
Muy cerca de esta zona se encuentra el Mont des Arts con los Museos de Arte Antiguo y Moderno, el MIM (Museo de Instrumentos Musicales), con su bonita fachada “Art Nouveau”, y el Palacio Real junto al Parque real. A poca distancia se encuentra el Palacio de Justicia que durante mucho tiempo fue el edificio más grande del mundo, todavía hoy se encuentra entre los más grandes. Dese el mirador de la plaza Polaert, a los pies del Palacio de Justicia de Bruselas, se puede admirar una de las mejores vistas de Bruselas.
El ascensor de la Plaza Polaert te baja al popular barrio de Les Marolles donde los fines de semana tiene lugar el rastrillo del “marché des puces” (el mercadillo de las pulgas). En este barrio se encuentran numerosas galerías de arte alternativas, muchas de ellas especializadas en piezas africanas. Contiguo al barrio de Les Marolles se encuentrea el Sablon, un barrio conocido por sus mercados y tiendas de antigüedades, sus elitistas galerías de arte, sus chocolaterías y por la iglesia de Notre Dame du Sablon, una de las más bonitas de Bruselas.
El Barrio Europeo es otra de las zonas que hay que ver en Bruselas. Este barrio acoge las Instituciones Europeas y gran multitud de organismos, embajadas, y lobbies. Además de visitar edificios tan espectaculares como el Parlamento Europeo, hay visitas organizadas, a poca distancia se puede visitar la zona de la Pace Ambiorix y la Av. Palmestron con varios edificios Art Nouveau muy interesantes, y el Parque du Cinquantenaire con su gran arco del triunfo.
Algo más alejado del centro está el Atomium, una estructura de 102 metros de altura que representa una molécula hierro ampliada 165.000 veces. En la zona del Atomium hay varias atracciones turísticas como Mini Europe, un parque con algunos de los monumentos más conocidos de Europa en miniatura, la Expo de Bruselas, el Palacio de Laeken, donde vive la familia real, y la Torre Japonesa y la Pagoda china, construidas ambas, al igual que el Atomium, con motivo de la Expo universal del 58.
La Basílica del Sagrado Corazón es otro de los atractivos turísticos de Bruselas más importantes. Es una de las seis iglesias más grandes del mundo y desde la plataforma de su cúpula se puede disfrutar una de las mejores vistas panorámicas de Bruselas.
Si el tiempo lo permite, vale la pena pasearse por barrios como Ixelles o St Gillis para apreciar el rico patrimonio arquitectónico Art Nouveau de Bruselas, o visitar alguno de los numerosos museos de la ciudad.