Hola Graminoleños.
El pasado lunes publicaba la primera parte dedicada al grupo QUEEN, a petición de mi gran amigo Jesús. Hoy vamos a continuar la faena. Don Jesús, ya me contarás si quedas satisfecho con mi humilde aportación.
Tras acabar la década de los 70 con una grandísimo trabajo como fue “The Game”, tal y como contamos en la primera parte, las ideas del grupo parecieron disiparse un poco. El inicio de los 80 con sus dos siguientes trabajos pasan por ser los dos “menos buenos” de su carrera, con un evidente cambio de estilo y con unas canciones de menor calidad.
Para empezar, en el año 1980 recibieron el encargo de componer la banda sonora de la película “Flash Gordon”, interpretado por Sam J. Jones, y lo cierto es que tanto la película (es insufrible), como las canciones no estuvieron a la altura de lo que se esperaba. La primera incursión de QUEEN en el mundo del cine no sería todo lo afortunada que ellos habrían querido.
Este es el tema central de la banda sonora. Son QUEEN, es cierto, pero …
Un pequeño borrón, como todo gran artista tiene en su momento. Lo que sucede es que su siguiente trabajo tampoco es que fuera una maravilla. Después de la publicación de “Flash Gordon” dió la impresión de que QUEEN querían cambiar totalmente su estilo y no acababan de dar con la tecla. Su siguiente trabajo tampoco fue una joya, la verdad. Parecía que después de “The Game”, las ideas se habían acabado, aunque no sería así, afortunadamente.
Este siguiente trabajo llevaría el título de “Hot Space” y se publicaría en el año 1982, suponiendo un cambió radical de estilo, apartándose del rock y esos coros y estribillos tan trabajados, para acercarse mucho, quizás demasiado, al pop e incluso a la música disco. La guitarra de Bryan May pierde protagonismo y no solamente se incrementa la utilización de teclados, sino que aparecen por primera vez en su carrera los sintetizadores. Demasiado cambio para mi gusto.
Para muestra, un botón. Aquí tenéis el que fuera primer single de este disco: “Body Language”.
Menos mal que al final del disco, escondida, nos encontramos con una señal de que no se les había olvidado hacer música. Una colaboración con el mismísimo David Bowie (ver entrada https://lagraminola.wordpress.com/2016/01/13/david-bowie/) para escucharla una y otra vez: “Under Pressure”.
Lo que está claro es que se dieron cuenta de que el cambio de rumbo que habían adoptado no parecía ser el más adecuado, por lo que decidieron volver a dar un golpe de timón intentado volver a lo que les había llevado al éxito, aunque la verdad es que encontraron el término medio justo. Ni tan potentes como en sus principios, ni tan discotequeros como sus últimos trabajos.
Así las cosas, el año 1984 sería un año de cambios para QUEEN. Para empezar cambian de discográfica, ya que tras sus dos últimos trabajos no había demasiado entendimiento con ella. Freddie Mercury publica su primer disco en solitario y comienzan los rumores de una posible separación. Algunos críticos que les estaban esperando, empiezan a hablar de que se han quedado sin ideas y cada uno quiere seguir por su lado.
Con la publicación del nuevo disco, QUEEN se la jugaba. Daba toda la impresión de que el futuro de la banda iba a depender absolutamente de que funcionara o no. Y funcionó. Con un sonido nuevo pero más roquero y menos discotequero, con una nueva imagen, con unos vídeos trabajadísimos y con varios éxitos entre las canciones que formaron “The Works”, retomarían la senda del éxito, las grandes ventas y recuperarían el terreno perdido en los últimos años.
Para empezar, con el primer single arrasarían con todo. Con un sonido muy atrayente mezclando varias capas de la guitarra de Bryan May con sintetizadores, y una imagen muy futurista en el videoclip, utilizando escenas de la famosa película “Metrópolis, con “Radio Ga-Ga” llegarían nuevamente al número uno. La imagen del público moviendo las manos al ritmo que ellos cuatro marcan desde el escenario se convertiría en un auténtico ritural en cada concierto.
A este single le seguiría otro de un sonido bastante similar y que algunos interpretarían como un tema reivindicativo. De todos era sabido a esas alturas que Freddie Mercury era homosexual, aunque no era cierto del todo, ya que en sus primeros tiempos al frente de QUEEN se le conocieron un par de romances efímeros con chicas. En el videoclip los cuatro componentes del grupo aparecían vestidos de mujeres haciendo las tareas del hogar de esta guisa:
Efectivamente, la canción es “I Want To Break Free”, que traducida al español viene a decir “quiero liberarme”, y que gracias sobre todo a ese videoclipes una de las más conocidas de la última época del grupo.
Muchos se preguntarán si QUEEN había decidido renegar de su sonido pontente y rockero de siempre, escuchando estas canciones. Grandes temas pero bastante alejados del sonido de sus mejores tiempos. Lo cierto es que por mucha evolución que manifestaran y por mucho cambio que introdujeran en su música, siempre les quedaba ese ramalazo de siempre. No hay más que escuchar otro de los temas de este disco: “Hammer To Fall”, una de mis debilidades.
Por si a alguien le quedaban dudas sobre la continuidad de QUEEN, con el éxito cosechado por “The Works”, éstan quedaban disipadas. Además, guardaban siempre lo mejor de ellos mismos y de su música atronadora para los conciertos. Ese mismo año, su participación en el festival “Rock In Rio” fue calificada con la mejor actuación jamás ofrecida sobre un escenario en las distintas ediciones de este festival. Fueron solamente 17 minutos pero que pusieron al público literalmente boca abajo. No se habían marchado, seguían ahí.
Habían recuperado el terreno perdido y con creces. En el año 1986 se producirían dos grandes acontecimientos en el grupo: una actuación mítica y un nuevo disco. La actuación tendría lugar en el mítico estadio de Wembley en Londres y el concierto que ese año ofrecieron está considerado como uno de los mejores conciertos de la historia del rock. El evento fue grabado en DVD y os garantizo que es una auténtica gozada contemplarlo. QUEEN en estado puro, rock en estado puro, música en estado puro.
La publicación de nuevo disco vendría de la mano nuevamente del cine. En este su segundo escarceo con una banda sonora llevaron la lección muy bien aprendida. Tras el fiasco de “Flash Gordon”, en esta ocasión pusieron su música al servicio de otra película, aunque el disco no era una banda sonora a la usanza, ya que no todos los temas del mismo se incluyeron en ella. La película en cuestión: “The Highlanders”, estrenada en España como “Los Inmortales” y protagonizada por Christopher Lambert y Sean Connery. El disco en el que estaban incluidas las canciones del film “A Kind Of Magic”.
Por ejemplo, el tema que le da título al disco, y que fue extraído como primer single del mismo, aparece en los créditos finales de la película.
El disco incluiría otra canción de esas que se uniría a los rituales de los conciertos de QUEEN. Ya os conté el pasado lunes como todos los conciertos del grupo acababan con las canciones “We Will Rock You” y “We Are The Champions”. A partir de la publicación de “A Kind Of Magic” se uniría otra a este ritual. Una de esas canciones que por el tema del que habla, la amistad, se convirtío muy pronto en un cántico habitual en fiestas y reuniones de amigos. Una canción que enlazaría con las dos mencionadas al final de cada concierto. Me refiero, por supuesto, a “Friends Will Be Friends”.
Para aquel entonces, la rumorología que rodeaba al grupo era muy variada y, como luego podría comprobarse, algunos de esos rumores terminaron por ser ciertos. Desde la publicación de “A Kind Of Magic” hasta la del siguiente disco transcurrirían casi cuatro años, algo impensable hasta entonces. Además, anunciarían que no habría gira con este nuevo disco. Los dichosos rumores se dispararon.
Se habló nuevamente de que estaban al borde de la separación. Se habló de un intento de suicidio de Bryan May que siempre fue desmentido. Y se habló de problemas de salud de alguno de sus componentes. No salir de gira para un grupo como QUEEN era bastante extraño. Lo cierto es que cuando sus cuatro componentes aparecieron para presentar el nuevo trabajo “The Miracle”, el aspecto bastante deteriorado de Freddie Mercury hizo saltar las alarmas. Algo no marchaba.
En lo estrictamente musical, este nuevo disco volvía un poco la vista atrás. Los sintetizadores y sonidos enlatados quedaban archivados y de nuevo las guitarras lo llenaban todo. Un sonido más QUEEN, como puede comprobarse con su primer single: “I Want It All”.
Y entonces saltó la noticia. Ya no podía ocultarse la realidad durante más tiempo. Freddie Mercury aparecía cada vez más demacrado, cada vez más delgado. Su salud no era la mejor. Fue entonces cuando decidió anunciar que desde hacía varios años padecía sida. Un auténtico bombazo. Su vida se estaba escapando poco a poco, día a día, canción a canción. Ese deterioro se hacía cada vez más palpable, incluso en sus videoclips. Como por ejemplo en el de “The Miracle”.
El video es una auténtica joya. En él aparecen al principio cuatro niños actuando como ellos lo hacían y con las vestimentas que habían ido portando durante toda su carrera. Al final del vídeo aparecen Mercury, May, Deacon y Taylor junto a ellos vestidos de igual manera. Puede apreciarse que el bueno de Freddie aparecía desde entonces con chaquetas o camisas de manga larga y su torso nunca quedaba al descubierto. Todo ello para que no pudieran apreciarse como el sarcoma de Kaposi iba cubriendo su cuerpo.
A pesar de que “The Miracle” vino acompañado de la mala noticia del estado de salud de Freddie Mercury, el disco en sí era un canto a la esperanza de poder salir adelante. De hecho, el título no fue escogido a la ligera. Había confianza en que el milagro de su recuperación pudiera producirse. Dos años después, con la publicación del siguiente disco podría comprobarse que todo era una quimera.
En el año 1991 se publicaría “Innuendo”, un disco más sombrío, triste y oscuro que se convertiría en el último disco publicado por QUEEN con Freddie Mercury en vida. Un auténtico testamento en el que todos intentaron dar lo mejor que tenían a sabiendas de que no habría más. El estado de salud de Mercury era precario, aunque el público lo desconocía, ya que la discreción fue total, aunque sus ausencias hacían prever lo peor.
El primer single sería el que daab titulo al disco. Una agradabel sorpresa. Parecía que Freddie no podía despedirse sin volver a dejar una pequeña composición al más puro estilo “Bohemian Rhapsody”. Una canción que tiene de todo. Comienzo marcial y suave, momento de los inconfundibles coros, habitual solo de guitarra de Bryan May y hasta un pequeño guiño a España. En un momento de la canción se escucha el sonido de una guitarra española al más puro estilo flamenco. El mismísimo Paco de Lucía habría firmado ese momento, pero la sorpresa es que las manos que tocaron esa guitarra son las de Steve Howe, el guitarrista de los míticos Yes. Una canción, para ponerse cómodo, relajarse y disfrutar.
Como puede comprobarse el vídeoclip está hecho con imágenes animadas y virtuales en su mayoría. Freddie no estaba ya ni para aparecer en ellos. Algo que también se apreciaría en el videoclip de la canción que sería su auténtico testamento, en el que se utilizarían imágenes de los videos de sus temás más representativos a lo largo de su carrera.
Me estoy refiriendo a “The Show Must Go On”, el último gran éxito que la voz de Freddie Mercury pudo dejarnos antes de fallecer en noviembre de 1991, apenas unos meses después de la publicación del disco. El mundo del rock, el mundo de la música se quedaba sin uno de los más grandes. Su talento, su carisma, su inconfundible imagen y sobre todo su voz serían irrepetibles. Ese día, las guitarras de todo el mundo se tocaban con las lágrimas por su marcha. Pero aún así, el show debe continuar.
“Por dentro mi corazón se rompe. “Mi maquillaje quizás se esté desconchando, Pero mi sonrisa permanece. El show debe continuar”
Por hoy lo dejamos aquí. El próximo lunes remataremos la faena con lo que ha sucedido en QUEEN después del fallecimiento de Freddie Mercury y ahondaremos también en las inquietudes individuales de los miembros del grupo. Eso sí, empezaremos con un grandísimo concierto de tributo a la figura de Mercury que tuvo lugar en el estadio de Wembley en 1992. Que no falte nadie, please.
Como no puede dejar nadie de visitar la página de “Esencia de Trementina” periodicamente, ya que con Silvia y Ana no se para de aprender sobre pintura. Ellas piensan, como contaría el pintor alemánHans Hofmann, que una pintura es un mundo en sí mismo que refleja los sentidos y emociones del mundo de los artistas.
Un paisaje ofrece muchas posibilidades de dibujo, ya que días tras día cambia. Eso sí, no hay que olvidar cuidar el medio ambiente para poder seguir disfrutando de artistas que plasmen paisajes que nos hagan apreciar la belleza que tiene la naturaleza, como puede comprobarse en este óleo sobre lienzo, en el que el toque de color se lo dan unas flores en primer plano que hacen que resalte mucho más el cuadro. Ellas si que saben.
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Hasta la próxima Graminoleños.
JUAN JOSÉ GOMARIZ