Si veis a alguien con una de estas pulseritas moradas , tenéis que saber que ese alguien está intentando dejar de quejarse.
No hablamos de las críticas constructivas o de esas quejas serias y trascendentales que son necesarias, si no de esa actitud quejica y , también, criticona y cotilla . Viene a ser la “queja cotidiana”… ¡Qué pereza! ¡Qué asco! ¡Qué rollo!…
En Kansas City , hay una organización sin ánimo de lucro- ” A Complaint Free World”- liderada por el reverendo Will Bowen que se propone desde el 2006, que unos 60 M. de personas ( su objetivo es el 1% de la población mundial) dejen de quejarse. Asegura que con esta técnica de desintoxicación de la queja , se vive mejor, más y de forma más optimista…La queja es un mensaje negativo y reforzado que va creando impronta en el cerebro. No quejarse, es el antídoto.
Te pones la pulserita y durante 21 días ( es el tiempo mínimo de tratamiento para curar cualquier adicción según los expertos), no puedes quejarte, ni criticar, ni cotillear…Si caes en la tentación, te la debes cambiar de muñeca. Para alcanzar los 21 días sin “quejíos” se estima una media de cinco meses , en los que vas quejándote de forma aleatoria y, por lo tanto, moviendo la pulsera.
Bien, dicho esto, os presento al Reverendo Owen.
Y es que lo ves , y te da la sensación de americanada total, de mucho negocio y de un tipo brillante y descarado al frente del cotarro. Investigando un poco, he descubierto que el dinero fluye de las donaciones pero, sobre todo, por las ventas del libro del Reverendo … Las pulseras se envían gratuitamente a cualquier parte del mundo y sólo se deben pagar los gastos de transporte…Con la tontería, ya se han distribuido más de seis millones de brazaletes morados…
Esta es la zona de packaging de la Organización :
Kit-Kat : ¿No parecen ayudantes de Papa Noel? ; – )Toda esta historia , hizo que ayer me planteara hacer una prueba empírica de esto de las quejas. Dicen los estudios que nos quejamos unas 20 veces al día de promedio…Cuando lo leí, pensé que eso no iba conmigo. No me considero quejica. Es más, huyo de los que lo son ( incluidos los “yoístas”) así que decidí medir mi número de quejíos. En vez de la pulserita morada ( que es lo que te hace recordar tu situación ), me he puesto una azul celeste , de una ONG que trabaja por la conservación de los oceános. Como nunca llevo este tipo de cosas, ya me servía para el objetivo…
Me quejo!No mucho pero… Una camioneta que iba delante de mi coche y se iba parando y… Mirando mi reloj, con el tiempo justo, el carrito a tope y las cajas , también a tope, he resoplado y…Me he encontrado a una conocida, en mi misma situación de cola “voy y compro todo lo de Navidad” y nos hemos quejado ( ahí más y todo, te diría)… Mi madre me ha cantado la lista de todas las cosas que vamos a comer estos días, y también me he quejado aunque esta sea una queja vacía y sin sentido, ya que mi madre hará lo que le dé la gana ( y yo me lo comeré…encantada ; – ) )Serían las quejitas tontas. También he tenido que quejarme porque me han traido 30 botellas de Fonter, en vez de Vichy Catalán ( eso, en mi casa es un sacrilegio y una crisis) y se han dejado las bolsas de basura ( que me hacían mucha falta. Desde que las bolsas son recicladas, casi no tengo bolsas de plástico, de esas que utilizamos para basura “auxiliar”). Por lo demás, hoy no ha sido un día de mucho quejío pero…me ha demostrado que yo que creía que no me quejaba , me quejo.
Lo peor es que esta terapia, hace que te fijes ( más) en las quejas de los demás. Que si me duele esto, que si mi suegra esto, que mi novio lo otro, el jefe tal… Es cierto que hay mucha quejilla, suelta por ahí.
Así que al final me he dicho, ¡Bien por el Reverendo!. No creo que yo lleve una pulserita de esas pero si que me ha parecido positivo reflexionar sobre el tema y… porque ya no me da tiempo de un Kansas-Barcelona pero, si me entero antes, me hago con unas cuantas para regalar . Me hubiesen ido bien para estas Navidades ; – )
En fin, no me quejaré más por hoy…