Revista Cultura y Ocio

Quemados

Publicado el 01 octubre 2012 por Lalolash
QUEMADOSEste es el último cómic que ha caído en mis manos. Ha sido una compra de esas mías, totalmente impulsiva. Leer este texto de la contraportada y hecho.
Tres camareros en una cafetería: el treintañero decaído, la glotona enamoradiza, el bobalicón tocapelotas. Aburridos, hastiados, quemados, no les queda más remedio que pasarse el día observando a la gente y sus manías, pero también sus propios ombligos. Andy Riley hace brotar de esta miseria laboral y vital situaciones de lo más jocosas y, sobre todo, verdades como puños.
Ahora analizo y me doy cuenta de porqué me identifiqué tan rápidamente y es que una es (entre otras cosas) una suma bastante equilibrada que los tres personajes; treintañero decaído, glotona enamoradiza y bobalicón tocapelotas. Es la cruda realidad y más vale que me la tome con humor.
QUEMADOSQUEMADOSEl guión y los dibujos son de Andy Riley (1970), un autor británico, caricaturista, escritor de cómics y guionista de televisión.Los conejitos suicidas son una de sus publicaciones más conocidas y de más éxito. Hasta ahora, porque por lo que a mí respecta, Quemados, lo supera con creces. Deja de lado el humor un tanto absurdo para caricaturizar una sociedad actual y algunas de sus preocupaciones más importantes; las apariencias, la eterna juventud o la tecnología.  Ha salido a la venta en España el 31 de agosto de este año y es una recopilación de las tiras aparecidas entre 2002 y 2007 en el semanal británico The Observer.
Esta es una pequeña muestra:
QUEMADOS
QUEMADOS
QUEMADOSExcepto algunas referencias concretas a algún presentador o a la actualidad británica, todas las situaciones que viven los tres personajes son clavaditas a las vividas en cualquier lugar. Incluso ésas que son típicamente británicas se pueden trasponer fácilmente a la actualidad de nuestro país. La traducción y las notas a pie son excelentes. En realidad no somos tan diferentes.
Una sátira directa y sin compasión que te hace sonreir a causa de un sentimiento de identificación por otra parte bastante patético.  Y es que lo más sano es reirse de uno mismo.

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