Todas las mañanas salgo a caminar.
Desde hace unos días, me cruzo en el camino con un hombre mayor que cojea. Va a su ritmo. No muy rápido pero tampoco muy lento y anda la misma distancia que hago yo.
Siempre que paso por su lado, me dan ganas de animarle. De hecho lo hago internamente.Se nota el esfuerzo que hace, y aún así, sigue caminando.
La fuerza de voluntad, ese impulso que nos mueve hacía adelante y que nos hace subir escalones, es un motor interno que casi nunca falla.
Si eres capaz de pensarlo, eres capaz de imaginarlo y si eres capaz de ello, podrás hacerlo en la realidad.Todo se reduce a algo muy sencillo:
Tú tienes esa fuerza y ese poder para avanzar. Si tú quieres y lo deseas, cualquier obstáculo que parezca que hay en tu camino, dejará de ser una gran roca, para convertirse en una pequeña piedra fácil de esquivar o de pasar por encima.
Desde pequeña, escucho esta frase:“Prefiero a un tonto con fuerza de voluntad, que a un listo sin ella”.Y refleja muy bien el sentido del querer es poder…
Porque aunque seas muy inteligente si no te mueves, si no emprendes, si decides quedarte sentado esperando a que las cosas cambien, es casi seguro de que no lo harán.
Pero sí, aunque con tus limitaciones, optas por moverte, por hacer aquello en lo que crees, y por lo que te motiva, conseguirás lo que te propongas.
La bien manida afirmación: Querer es poder, expresa esa fuerza de voluntad que nos hace caminar todos los días, aún con esfuerzo. La que nos mueve a vivir cada día como si no hubiera mañana. La que nos enfrenta con nosotros mismos y nos hace ser cada día un poco más fuertes.
Siempre he creído en el poder de la fuerza de voluntad, que no es más que la motivación intrínseca que todos tenemos y que podemos llegar a desarrollar.
Gracias a ella (es decir, gracias a mí misma), estoy aquí ahora. Y la recompensa y el refuerzo de haberlo intentado es otro gran motor para seguir caminando.
Hoy os ánimo a ser como ese hombre con el que me cruzo todas las mañanas.
No penséis que es imposible, no digáis que no podéis hacerlo…¡Simplemente hacedlo!
Haz aquello que deseas hacer. Muévete. Salta. Canta. Ríe. Y sobre todo sigue soñando.
Recuerda:Querer es poder.