“La verdadera función de la voluntad es dirigir, no imponer”. Estas palabras son de Piero Ferruci en su libro Psícosintesis. Con ellas hace una diferencia entre la Voluntad que nos marca nuestras acciones y la Fuerza de Voluntad para mantenerlas en contra nuestra.
La Fuerza de Voluntad al ser una fuerza, requiere de una inversión de energía que si no está acorde con nosotros puede llevar a desgastarnos, perder vitalidad, desorientación y pérdida de sentido.
En cambio la Voluntad tendría otras características:
- Nace del Yo
La característica más importante de la Voluntad es que nace del fondo de nosotros mismos. Podemos decir que es una expresión de nuestro Yo más esencial. Como tal va “a favor” nuestro y por tanto sabemos que es beneficioso.
- Orienta
Al nacer de dentro de nosotros nos está dando pistas de qué es lo que necesita y por tanto nos marca el camino que debemos escoger en nuestras decisiones.
Al orientarnos, le estamos dando un sentido a nuestra vida y por tanto dotándola de una misión.
- Aporta energía
Al contrario de la Fuerza de Voluntad, no necesita ninguna inversión de energía, sino que al darnos una misión que nos motiva, nos está aportando una gran cantidad de ella que reutilizaremos en acciones tendentes a la consecución de nuestra meta.
- Nos hace felices
Cuando luchamos por lo que queremos y que nace de lo más hondo de nosotros, estamos construyendo un sentido de felicidad en nuestras vidas. Así, esta felicidad sería motivación suficiente para seguir empleando nuestra “Voluntad” y entrar en un círculo vicioso de bienestar y acción de felicidad.
- Da libertad
Cuando sentimos esa Voluntad que nos guía, estamos “librándonos” de condicionantes psicológicos y limitaciones que hasta ahora nos hacían quedarnos sentados y desmotivados.
Ahora sentimos que podemos enfrentarnos y sobrepasar los obstáculos que nos surjan con total poder en nuestras manos; es decir, sentimos la libertad de escoger lo mejor para conseguir nuestra meta.
- Fluimos
Las veces que actuamos con Voluntad sentimos que estamos haciendo lo correcto para nosotros mismos. Quizás no esté acorde con lo que se espera pero estaremos siendo nosotros mismos y sentiremos como que estamos corriendo con el rio de la vida.
Esta fluidez sin gasto de energía nos aporta una gran sensación de ligereza y serenidad que nos supone seguir creyendo en nuestro Yo y su Voluntad.
Como he expresado al principio, creo muy importante diferenciar la Fuerza de Voluntad de la Voluntad que surge de nuestro corazón. Cerremos los ojos por un instante y escuchemos esa Voluntad, ¿qué nos dice?
Carlos Postigo