Encarnar la necesidad de tener razón frente a otro es un excelente alimento para mantenernos en la dualidad y sus dramas, para lograrlo es imprescindible dejar de sentir al ser con el que hablamos, pues si en algún momento llegásemos a percibir la luz de su mirada, dejaríamos de tener el peso emocional necesario para continuar nuestra acalorada discusión.
¿Qué te parece, querido lector, comprobar esto en tu vida cotidiana ...?
Oportunidades para sentir el tirón de la necesidad de querer tener razón no te faltarán, pero no has de reprimirlo, tan solo crea en tu ego un observador inocente, que no juzgue, que vaya registrando lo vivido incluido las emociones. Cuando la tormenta haya pasado puedes ver tranquilamente la película y medir tu peso emocional en el conflicto.
Desde esta tranquilidad, diseña tus estrategias, nunca represivas pues ayudarían a aumentar nuestro "peso", para aplicar en el próximo encuentro similar, con el objetivo de abrir un canal para sentir al otro más allá de sus opiniones, para sentir su propia luz en su mirada.
El día que lo logres sentirás tu propio poder por encima de las fuerzas de la dualidad, será como volar sobre su territorio sin quedar enganchado en él, ya no serás su víctima, sino alguien que podrá decidir si juega o no en Dualilandia: es la Sabiduría de la Inocencia, que es capaz de descubrir el juego en todo.
Fuente: Blog Encuentros con la Sabiduría.